fbpx

B i ó s f e r a ( Kuxtal / Yolistli )

Cambio de mente y de corazón   Por Alberto De la Torre Gleason El hombre moderno está enajenado de sí mismo, de sus semejantes y de la naturaleza. (El...

Cambio de mente y de corazón

 

Por Alberto De la Torre Gleason

El hombre moderno está enajenado de sí mismo, de sus semejantes y de la naturaleza.

(El arte de amar – Erich Fromm)

 

 

 

El mes de diciembre por ser el último del año y por las fiestas y tradiciones culturales, son motivo de reflexión, generalmente se hace un balance de los aciertos y errores personales y de cualquier tipo de organización.

 

Es en este contexto que invitamos al lector a reflexionar sobre la conducta humana para que nos permita replantear un bienestar común hasta el día de hoy muy empobrecido.

 

Siendo honestos con nosotros mismos, hablando como género humano, no estamos alcanzando las metas de un mundo mejor, aun con más conocimiento y tecnología, los frutos son cada día más amargos y podridos.

 

Basta ver las cifras micro y macroeconómicas nacionales e internacionales, los conflictos armados, las migraciones masivas, el hambre, la pobreza, la delincuencia, el narcotráfico, el deterioro medioambiental y otros perjuicios para entender que el discurso triunfalista de nuestros políticos son pura cortina de humo y palabrerías huecas.

 

Pero quiero meter el dedo en la llaga, un sabio proverbio náhuatl dice: “La Tierra será como sean sus hombres” (Tlalticpac toquitchin tiez), entonces cabe la pregunta, ¿Qué he dejado de hacer como individuo, como familia y sociedad para que el planeta esté en caos? Indiscutiblemente mucho, aclarando que la responsabilidad es mayor en función de la cantidad de recursos políticos, económicos y del conocimiento que se dispongan, es decir, es mucho más responsable un político corrupto que un obrero asalariado, el poder de actuación y sus consecuencias son muy distantes. Sin embargo, en lo individual hemos sido cómplices de los peces grandes con el simple acto de indiferencia, egoísmo y el miedo a perder “privilegios” que más que eso son miserables migajas.

El sistema socio-político-económico de libre mercado nos ha conducido con su filosofía de “todos ganan” a la realidad de “todos pierden” y la prueba inequívoca nos lo está demostrando el Cambio climático, en dónde no hay distinción entre ricos y pobres, cultos e incultos, negros o blancos, norte y sur, cristianos e islam, todos, absolutamente toda la humanidad está en peligro de desaparecer de la faz de la Tierra.

La encíclica papal LAUDATO SI’ (mayo 2015) en el apartado número 4, menciona que desde el año 1971, el Papa Pablo VI habló sobre la problemáti­ca ecológica, exhibiéndola como una crisis, como «una consecuencia dramática» de la actividad fuera de control del humano: «Debido a una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación». Habló también en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) ante la posibilidad de una «catástrofe ecológica bajo el efecto de la explosión de la civi­lización industrial», enfatizando la «urgencia y la necesidad de un cambio radical en el comporta­miento de la humanidad», ya que «los progresos científicos más extraordinarios, las proezas técni­cas más sorprendentes, el crecimiento económico más prodigioso, si no van acompañados por un auténtico progreso social y moral, se vuelven en definitiva contra el hombre».

También el Papa Francisco declara en esa encíclica que: Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en «los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad». Y la Carta de la Tierra contiene esos valores éticos para una refundación de la civilización, en su parte final exhorta y anima al trabajo arduo que tenemos por delante, con una esperanza firme para poder lograrlo.

 

Por último exponemos dos párrafos del final de La Carta de la Tierra[i]:

 

“EL CAMINO HACIA ADELANTE

“El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; requiere también de un nuevo sentido de interdependencia global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría.

“Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.”

 

 

[i] En línea: http://earthcharter.org/invent/images/uploads/echarter_spanish.pdf

Categorias
BIÓSFERAEDITORIALES
Sin comentarios

Deja un comentario

Relacionado con

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com