ETERNA JORNADA

Sólo palabras

Por: Altagracia Mosqueda Liceaga

La informalidad laboral en México es un asunto de mayor importancia. De acuerdo con el INEGI, en el 2015 había 30 millones de personas que trabajaban en la informalidad, las cuales no contaban con seguridad social y cuyo número representó el 58.2% de la PEA (Población Económicamente Activa). Dicha tasa de informalidad se ha mantenido constante al menos durante los últimos 10 años, las variaciones son mínimas lo que muestra la incapacidad de la economía informal para absorber a los trabajadores. De todos los trabajadores informales, los callejeros (ambulantes, puestos fijos y semifijos ubicados en la calle) son los más vulnerables y sus condiciones laborales son sumamente precarias; aun así, esta modalidad se ha duplicado en los últimos 20 años de 1.1 en 1995 a 2.3 millones en 2015.

La precariedad salarial ha orillado a las mujeres a involucrarse en este tipo de trabajo informal dado que el ingreso del proveedor tradicional ya no es suficiente o no existe. Ante el auge del desempleo la venta en la calle y la ocupación informal es una opción inmediata que no exige educación, experiencia ni horarios fijos.

Los datos que proporciona la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) reflejan el incremento porcentual de las mujeres en los últimos 10 años, superando por mucho al porcentaje masculino:

El INEGI anuncia en su comunicado de prensa 141/18 que de acuerdo a los resultados de la ENOE la tasa de informalidad registrada es de 56.6% al segundo mes de 2018.

Aunque la venta en la calle es una opción inmediata ante la falta de oportunidades, la informalidad es una de las actividades que reproduce más trabajadores con bajos ingresos.

En su mayoría, el nivel de ingreso de los trabajadores callejeros es de uno a tres salarios mínimos (datos de la ENOE).

Académicos e investigadores coinciden en que la falta de crecimiento económico, empleo protegido (con prestaciones básicas de ley, como seguridad social) y trabajos bien remunerados son los principales factores por los que la informalidad ha crecido en México.

“Guanajuato es un Estado ejemplo a nivel nacional en materia laboral, aquí trabajan de manera transversal para el aprovechamiento de los recursos y en el impulso de empresas guanajuatenses incluyentes”. Esta declaración la haría el gobernador Márquez el 31 julio de este año, publicada en El Sol de México. Sin embargo, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a través de un documento publicado por la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral, señala que en el primer trimestre de 2018, en Guanajuato, el 55% de la población económicamente activa se encuentra en la informalidad.

«Para el cierre del gobierno esperamos cerrar con más empleos, 2017 es una cifra récord con más de 62 mil empleos cuando teníamos antes un promedio de 45 mil empleos por año y yo sí creo que vamos a cerrar con más empleos todavía» (sic), señaló el gobernador del estado de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez (Fuente: http://www.milenio.com/estados/marquez-cerrara-gobierno-empleos-inversion-gto).

Laborar en el sector formal no implica el mejoramiento de las condiciones de vida: los salarios laborales fluctúan entre 1 y 3 salarios mínimos, los horarios aumentan a jornadas entre 10 y 12 horas diarias. Las prestaciones disminuyen gracias a la reforma laboral y el uso de outsourcing.

Las declaraciones de crecimiento empresarial y laboral son palabras que no reflejan para nada el desarrollo económico de la sociedad, son palabras huecas y vacías que tienen por objetivo publicidad partidista, palabras que no motivan, palabras que engañan, palabras… tan solo palabras.