NO PERDONAN.-
Ni los días Santos fueron impedimento para que la delincuencia hiciera de las suyas y menos aún, suficientes para dar un poco de tregua ante una violencia, que pareciera ya se ha visto todo y que habrá nuevos hechos que sorprendan; sin embargo ocurre todo lo contrario y cada día se ven sucesos y agresiones que, terminan siempre sorprendiendo a la población, sembrando cada vez más preocupación por la tranquilidad perdida, mientras que las autoridades se siguen “tronando” los dedos y cerrando los ojos ante estrategias policiales que simplemente no funcionan y menos aún dan tregua, como quedó más que visto esta Semana Mayor, cuando se pensaba que por lo menos los días Santos moverían al conciencia de los miembros de la “mafia” y se tendría una semana tranquila.
OCHO POLICIAS MUERTOS.-
Pero ¡oh! sorpresa, ocurrió todo lo contario y sin la menor compasión, no solo atacaron con saña a un prometedor suboficial, sino que arremetieron con todo contra un par de oficiales que cumplían con su deber, atendiendo un reporte de robo de auto, terminando la semana con el peor saldo que se hubiera esperado, como es la pérdida de tres elementos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, dos de ellos arteramente asesinados y uno más con lesiones graves que difícilmente le permitirán reintegrarse a la operatividad. Con su muerte, suman ya ocho elementos asesinados, en la administración municipal con más policías caídos en el cumplimiento de su deber.
EN ESPERA DE MILAGROS?.-
Lo que ahora falta saber cuál es el discurso del responsables de la seguridad en Salamanca, será que Alvar Cabeza de Vaca al frente de Seguridad Pública del Estado admite que no están saliendo bien las cosas, y que lejos de combatir la delincuencia, ésta no solo sigue, si no que continúa avanzando; mientras que el edil Antonio Arredondo Muñoz sigue cerrando los ojos y super tranquilo rodeado de sus guaruras, simulando que no hay nada que temer y que hay que seguir esperando que ocurra un milagro.
SEMANA ¿SANTA?
La Semana Mayor o Semana Santa, para los católicos creyentes, es un celebración altamente importante, se trata de un período de tiempo, dónde los profesantes, se toman su tiempo para reflexionar, meditar y cambiar sobre sus vidas, lo que han hecho y lo que ocurre con ellos, en un tiempo en que las personas buscan su paz interior y tratan de convivir en armonía con el prójimo.
Sin embargo, parece que la misión fundamental de esta ceremonia ha cambiado y se ha visto terriblemente opacada por la delincuencia, la cual ya no respeta fronteras ni días de asueto.
Las claras pruebas, en los recientes ataques durante las festividades del viacrucis, alterando la paz y armonía que lo distinguen, sembrando terror en la ciudadanía que poco a poco va perdiendo la noción de tener una celebración en paz.
La crudeza de los actos cada día es más evidente y los ataques son más fuertes, el día, ni la hora ya no son impedimento para cometer estos actos que son viles, atroces, descarados e inhumanos, que desafortunadamente, al ser parte del día a día, van permeándose en la rutina de los mexicanos, convirtiéndose en una terrible, nueva costumbre.
ACTOS DE BONDAD O FALTA DE VALORES.
Dicen los que lo hacen, que arrojar una botella de aluminio de refresco o cerveza vacia es ayudar aquellos que menos tienen o más lo necesitan.
Lo que es una realidad, es que aún hay pepenadores buscando este aluminio en las calles de Salamanca, pareciera algo confuso saber que la persona que va en su vehículo y se le ve arrojando una lata de estas, no se le ve de la misma forma al que tira una envoltura.
Existen lugares que durante los fines de semana se llenan de estos aluminosos envases, Los campos deportivos de la zona de esta Ciudad, en la zona norte también sobre parques eco-turísticos un ejemplo; la presa de Mendoza y en la zona centro, los alrededores de cantinas y bares que por las noches a mantienen abiertos.
Esto sin contar a los conductores que al viajar arrojan los envases de aluminio.
Si usted gusta colaborar con las personas en vulnerabilidad, existen centros de acopio así como también la Ciudad del niño en donde año con año van en aumento los niños en abandono.
