Por: Iván Juárez Popoca Guerrero
NO ME NACIÓ FELICITAR A MIS AMIGAS POR EL «DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER». Me daban ganas de pedirles disculpas, aunque no sirviera de nada. Es una vergüenza que ,después de tantos siglos aún sea necesario tener un día dedicado a las mujeres; que exista tanta discriminación, violencia y falta de respeto para ellas. Y luego las felicitaciones expresadas por hombres que huelen a románticos trasnochados (como lloviznando,) a libidinosos con piel de oveja o a demagogos manipuladores : estilo las felicitaciones de Peña Nieto. Creo que mejor debería hablarse del «Día Internacional de la lucha por los derechos de la Mujer»…quedaría un poco más claro y habría menos rosas y más actos reivindicativos.
Las mujeres siguen percibiendo sueldos menores a sus compañeros, a pesar de que realizan el mismo tipo de trabajo y a que, en muchas de las veces, lo realizan de una manera más eficiente. Por otra parte son objeto de acoso laboral y sexual; aún se les trata como a personas no solamente diferentes -que lo son- sino como sí fueran inferiores y tomando su atractivo físico como el rasgo más importante de su valía. Esto tiene su raíz en la cultura machista que nos permea y también a situaciones estructurales que no han permitido llevar a cabo acciones afirmativas que promuevan el ascenso de las damas en todos los aspectos.
El lado más obscuro de la discriminación se da en el maltrato físico y psicológico que desemboca en casos tan deleznables como el feminicidio, donde un bruto se siente con el derecho de cegar una vida movido por los celos, el ego agraviado o, simplemente porque “puede”,y tiene un margen para salirse con la suya, gracias a la impunidad que rodea la mayoría de los crímenes de género.
A muchos hombres aún se nos educa con la idea de que la mujer está para satisfacer nuestras necesidades, incluso hay madres que promueven esto pues han crecido con los mismos ideales. Entonces -consciente o inconscientemente- el sexo masculino desea dominar a la mujer, en lugar de ser parte de ella, así como ha querido dominar a la naturaleza en lugar de reconocer su pertenencia. Y los resultados -hemos visto- son catastróficos.
Para cambiar tal estado de cosas es necesario que la sociedad en su conjunto busque la equidad, apoyando a las mujeres con leyes y acciones, educando de una manera diferente en el hogar y en la escuela, para que desde niño sepas que las mujeres y los hombres son iguales, en el sentido de que tienen el mismo derecho de ser respetados y desenvolverse en el ámbito que deseen.
La lucha de la mujer ha sido constante, aguerrida y ha ido logrando espacios significativos, pero aún está muy lejos de lograr esa igualdad humana, social, política…pero el esfuerzo continúa y ojalá algún día el patriarcado llegue a su fin, pues ha resultado un fiasco. Mientras esto no ocurra, mientras haya miles de mujeres asesinadas impunemente….no hay mucho que celebrar, aunque sí podemos conmemorar una lucha, de la cual depende no solamente el destino del sexo femenino, sino de la humanidad y del planeta entero.
