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La COP 25 Por: Alfonso Díaz Rey «Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que...

La COP 25

Por: Alfonso Díaz Rey
«Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo».
Fidel. Cumbre de la Tierra. Río de Janeiro, junio 1992

En junio de 1972, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo, se aprobó una declaración en la que, entre otras cuestiones se apuntaba:
6. Hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor solicitud a las consecuencias que puedan tener para el medio ambiente […].
Siete años después, en 1979, se celebró la primera Conferencia Mundial sobre el Clima; en 1988 se formó el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, mismo que en 1990, en la segunda Conferencia Mundial sobre el Clima, en Suiza, en el informe de evaluación se planteó la necesidad de establecer un tratado mundial sobre el cambio climático; en ese mismo año iniciaron las negociaciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas para crear una convención marco sobre ese problema.
En 1992, durante la Cumbre de la Tierra celebrada en Rio de Janeiro, se creó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que en su artículo 2 establece:
«El objetivo último de la presente Convención y de todo instrumento jurídico conexo que adopte la Conferencia de las Partes, es lograr, de conformidad con las disposiciones pertinentes de la Convención, la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. Ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible».
El órgano supremo de la CMNUCC es la Conferencia de las Partes (COP). Pues bien, se han celebrado 24 reuniones de la COP y actualmente (2 al 13 de diciembre de 2019) se lleva a cabo en Madrid, España, la número 25. Los avances han sido, en el mejor de los casos, insuficientes para cumplir el objetivo trazado en la Cumbre de Río. Los obstáculos principales aún son los que Fidel apuntaba en una histórica intervención, cuyo párrafo final utilizamos como epígrafe de esta reflexión.
Como resultado del incumplimiento de los objetivos acordados en esas reuniones, el deterioro medioambiental ha continuado y cada día que pasa parece recordarnos ese «Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo», que Fidel advertía en aquella histórica reunión.

Pues bien, para tratar de revertir los efectos que «los hegemonismos, la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño» han ocasionado, ese «mañana» hace un buen rato que pasó; y la premura actualmente parece centrarse en encontrar las formas de adaptarse a una debacle que como humanidad no hemos sido capaces de prevenir. Y lo más triste y grave es que las soluciones para este problema se diseñan en el contexto de la «óptica y la lógica» de quienes más han contribuido a generarlo, por lo que pueden esperarse resultados nada alentadores.
El cambio climático provocado por la actividad humana es una amenaza real y muy grave que debemos, ideologías aparte, enfrentar como humanidad, porque sus efectos, aunque en primera instancia incidirán sobre los más vulnerables, alcanzarán, más temprano que tarde, a quienes lo provocaron.
Es urgente erradicar las prácticas y actividades caracterizadas por la dilapidación de recursos y tomar conciencia de la necesidad de drásticos cambios en aspectos económicos, científico-tecnológicos, sociales, políticos y culturales, para recuperar una serie de valores éticos de respeto a la naturaleza y a nosotros mismos.
Y esta, es una tarea de todos los pueblos.

Salamanca, Guanajuato, 8 de diciembre de 2019

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