Se trata de una enfermedad que puede presentarse después de la semana 20 del embarazo, durante el parto o puerperio y se caracteriza por hipertensión arterial y proteinuria (presencia de proteínas en la orina).

Otros síntomas que puede presentar la paciente son hinchazón de manos y cara/ojos, aumento repentino de peso, aproximadamente un kilo por semana, dolores de cabeza, irritabilidad, no orinar con frecuencia, náusea y vómito y/o alteraciones en la visión.

Entre los diferentes factores de riesgo para que se presente preeclampsia, destacan un deficiente control prenatal, desnutrición, obesidad, tener menos de 18 años o ser mayor de 35, estar en el primer embarazo o embarazo múltiple, así como haber sufrido de preeclampsia o eclampsia en embarazos anteriores.

Además, si la paciente sufre de hipertensión arterial previa, diabetes, enfermedad renal y/o enfermedad autoinmune.

Sin embargo, con frecuencia, una mujer que tiene preeclampsia no se siente enferma.

De acuerdo a especialistas del sector salud el tratamiento de la preeclampsia depende de la severidad del caso durante el embarazo y solo se cura al nacimiento del bebé. Cuando se presenta leve, en muchas ocasiones se pide a la madre que repose hasta que el bebé llegue a término. En el caso de tener signos de preeclampsia grave, es posible que llegue a ser necesario adelantar el nacimiento del bebé.

Aunque se desconoce la causa exacta de la preeclamsia, al no ser diagnosticada a tiempo, puede conducir a eclampsia que es la presencia de hipertensión, proteinuria y convulsiones en una mujer embarazada lo que, sin duda, pone en riesgo la vida.

Fuentes:

http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/preeclampsia.pdf

http://www.scielo.cl/pdf/rchog/v77n6/art13.pdf

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000898.htm