Al pasar por la pubertad y la adolescencia, uno de los problemas que más se padecen es el acné, que puede provocar afectaciones emocionales como depresión y baja autoestima. También causa conflictos en las relaciones sociales y laborales, por lo que es importante el tratamiento adecuado y oportuno.

Mientras acuden con un especialista en dermatología, es recomendable que no se toquen los barros o espinillas, lavar la cara únicamente dos veces al día para no resecarla y evitar que produzca más cebo, e higienizar la piel con jabón neutro, sin tallar o exfoliar.

Pese a que regularmente desaparece de manera natural -aproximadamente a los 25 años de edad-, se estima que cinco por ciento de los hombres y hasta 12 por ciento de las mujeres pueden sufrir esta problemática hasta los 45 años.

Debes saber que el acné puede ser leve, moderado y severo, y se caracteriza por la aparición de lesiones y cicatrices en la piel, las cuales, según su grado de gravedad, deben ser tratados por un especialista para evitar complicaciones cutáneas y mentales.

Cuando el acné es severo, los pacientes también tienen malestar general, fiebre y abscesos grandes, así como dolor muscular y articular, lo que afecta su calidad de vida. Se presenta comúnmente en la cara: nariz mentón y mejillas, así como en el tórax anterior y posterior, y si es inflamatorio, afecta la zona de brazos y hombros.

El 70 por ciento de las personas que sufren acné severo son del sexo masculino, a pesar de considerarse una de las dermatosis más comunes.

Para combatir esta enfermedad, se emplean tratamientos de acuerdo a cada circunstancia. En el caso del acné severo se requiere: la ingesta de antibióticos contra las bacterias del folículo piloso, uso de queratolíticos tópicos y filtros solares, así como evitar la exposición a los rayos del sol.