
Por. Eulogio Soto Mahe.
Muchos niños que aprovechan la temporada vacacional de las escuelas, para trabajar y ayudar en algo a la economía familiar, y esto se observa tanto en la ciudad como en la zona rural, pese a que ello lleva ciertos riesgos para los menores.
Al menos el incremento de menores de edad se observa en labores del comercio donde se les ve acarreando o acomodando mercancías diversas en esta temporada, y también en las grandes tiendas, embolsando productos a cambio solo de las propinas.
De acuerdo a versiones recabadas entre estos menores de edad, la mayoría coincidió de que ellos por motu propio, buscan ganar unas monedas, y rechazaron que sus padre los manden a trabajar pero, eso sí saben en qué lugar se encuentran, realizando la actividad.
Los tianguis dijeron los emplean y aunque pagan poco se divierten, porque va mucha gente y se pasa el tiempo de volada, nos pagan cincuenta pesos y la comida creo que eso está bien, porque hacemos algo bueno, y aportamos algo a casa.
En el campo no hay mucho que hacer, más que ir al cerro a juntar leña que después vendemos a cien pesos la tercia, o vamos al rio a juntar arena o grava para que, los tolveros la vendan y así ganamos unos pesos, que mucha falta hacen en nuestros hogares.
Y bueno aunque, el trabajo para menores de edad no está permitido por la ley, en temporadas vacacionales el numero de chiquillos realizando labores en la vía publica se incrementa, desde un limpiaparabrisas, hasta comerciando productos navideños.
Comprensión para ellos que tal, vez siguiendo el ejemplo de sus padres como hombres de bien, los niños busquen apoyar con algo, a la economía de sus familias a través del trabajo honrado y honesto, y esto es digno de reconocerse.