Excolaboradores de la Refinería Ingeniero Antonio M. Amor aseguran que la planta Catalítica se encuentra descontrolada desde hace 08 días y a pesar de ello la autoridad ambiental del Estado (SMAOT) no ha ejecutado acción alguna.

Por ello se están generando emisiones que dañan el medio ambiente y por supuesto la salud de la población.

Quienes laboraron en la Paraestatal aseveran que al paso de los días las emisiones continúan y ello puede dejar algunas secuelas en la salud de los salmantinos pues se propagan  contaminantes como bióxido de carbono, humo de propileno, óxido de nitrógeno y algo de cloro.

«La catalítica se encuentra descontrolada en la RIAMA, nadie, ninguna autoridad ambiental se ha preocupado por realizar revisión de la contaminación y esto está generando que salgan al ambiente varios contaminantes que provocan problemas en la salud», señaló exempleado.

Aunque Pemex no ha emitido información al respecto, los especialistas y extrabajadores aseguran que no existe el debido control de la planta y lo más preocupante es que los elementos que se emanan pueden provocar complicaciones en las vías respiratorias, en los ojos, garganta y hasta cáncer de pulmón.

Por esta razón, quienes denuncian solicitan que la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial realicen el monitoreo, una verificación e implementen una multa a fin de que RIAMA ejecute las acciones necesarias para mermar esta falla y la ciudadanía no presente repercusiones.

Cabe mencionar que según plataformas ambientales, e CO2 contribuye igualmente al efecto ambiental que recibe el nombre de lluvia ácida. Las emisiones que se liberan a partir de la quema de combustibles fósiles de las plantas de energía entran en combinación con la humedad del aire. La respuesta es una precipitación con un contenido ácido elevado.

El resultado de tan preocupante lluvia no es otro que diversos daños físicos a los árboles y resto de integrantes de la vida vegetal. La precipitación ácida conlleva contaminación del agua y del suelo.

Las emisiones  de CO2 impactan en nuestra salud al desplazar el oxígeno en la atmósfera. La respiración se dificulta a medida que aumentan los niveles de dióxido de carbono. En las zonas cerradas, los elevados niveles de CO2  pueden acarrear problemas de salud como intensos dolores de cabeza.