“Tengo miedo, como todos en Celaya, pero a pesar del miedo, quiero ser un buen presidente”; fueron las palabras del alcalde electo Juan Miguel Ramírez Sánchez, en referencia a la reciente ola de violencia y delitos que se han presentado en el municipio.

Desde el pasado 22 de agosto, la Policía Municipal de Celaya no está operativa, lo que ha dejado la seguridad de la ciudad en manos de la Guardia Nacional.

Ramírez Sánchez expuso que, a pesar del miedo, está decidido a hacer un buen papel como titular del Ayuntamiento, y enfatizó que no ha recibido amenazas.

Solicitó el apoyo de la ciudadanía para impulsar los cambios necesarios, asegurando que sin la colaboración de los celayenses no se puede avanzar mucho.

Reiteró su compromiso de continuar con los proyectos que quedaron pendientes de la administración de Mendoza Márquez y dar seguimiento a aquellos que requieren inversión estatal.