En los bosques volcánicos de Yuriria y Valle de Santiago, así como en la Sierra de los Agustinos, la biodiversidad despertó en cada paso. Guardabosques, estudiantes universitarios, promotores ambientales y ciudadanos se adentraron en estas zonas durante Hongosto 2025, una iniciativa de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente que con rutas de senderismo recuperó la conexión con la diversidad fúngica del estado.
Estos recorridos, liderados por expertos del campo como Ángel Vallejo Tapia, ampliaron el catálogo de hongos silvestres en Guanajuato. En lugares como el Cerro del Capulín y el Área Natural Protegida Lago Cráter La Joya, se promovieron charlas, observación ecológica y registro ciudadano en plataformas como iNaturalist, consolidando a Yuriria como un nuevo epicentro de educación ambiental.
Más que una simple serie de actividades, Hongosto 2025 se consolidó como un verdadero movimiento de conservación, resaltando que los hongos son fundamentales para mantener el equilibrio de los ecosistemas. Su estudio y cuidado se consideran indispensables para preservar la salud y la estabilidad de los bosques guanajuatenses.
Esta experiencia, además, unió comunidades: jóvenes, técnicos forestales, voluntarios y promotores ambientales crearon redes de conocimiento que trascienden senderos y confinan a un futuro compartido.
En definitiva, Hongosto 2025 nos recuerda que cada paso entre musgo y hoja caída es un paso hacia un futuro más verde y consciente.



































