Las paredes del cabildo de Victoria retumban con una verdad urgente: el municipio no cuenta con una unidad especializada para prevenir y atender la violencia de género. Una omisión que duele, más aún cuando la mayoría de los municipios de Guanajuato ya han dado ese paso.
En la pasada sesión ordinaria del Ayuntamiento, los ediles pusieron sobre la mesa el compromiso que Victoria aún no cumple: crear una «Unidad de Género» capaz no solo de atender, sino de acompañar, proteger y dar seguimiento a quienes han sufrido violencia. Porque, lejos de ser solo un trámite, se trata de tender un puente real hacia la justicia y el cuidado.
Los números no mienten: se atienden al menos cinco casos de violencia contra mujeres al mes. Cifras que gritan por atención especializada, por un espacio seguro de contención, por una unidad integrada mayoritariamente por mujeres.
La propuesta incluye incluso dedicar un lugar físico de protección, un refugio en pequeño, y una patrulla rotulada que visibilice que hay un sistema dispuesto a actuar, a proteger, a creer. Porque la violencia no espera.



































