
Con más de 13 mil nacimientos en menores de edad, el estado se posiciona entre los 10 con mayor índice de maternidad adolescente en el país, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). La situación ha generado preocupación entre autoridades y especialistas, quienes advierten sobre las consecuencias sociales y educativas de este fenómeno.
El embarazo en adolescentes no solo impacta en la salud y el bienestar de las jóvenes madres, sino que también afecta su continuidad educativa, reduciendo sus oportunidades de desarrollo profesional y económico. Ante este panorama, expertos insisten en la necesidad de fortalecer la educación sexual en escuelas y comunidades, proporcionando herramientas para la prevención y el acceso oportuno a métodos anticonceptivos.
Como parte de las estrategias gubernamentales, se han implementado más de 70 módulos de planificación familiar en todo el estado. Cada vez más adolescentes recurren a estos espacios en busca de orientación y recursos para evitar embarazos no planeados.
Mientras las cifras siguen siendo alarmantes, la sociedad y las instituciones enfrentan el reto de mejorar la educación preventiva y garantizar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva para reducir la incidencia de maternidad adolescente.