En la Ribera de Chapala suenan las alarmas. Los siete municipios que rodean el lago más grande de México denunciaron que la construcción del acueducto Presa Solís, proyecto de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para llevar agua a León, Celaya, Salamanca, Irapuato y Silao, pondría en riesgo la vida económica, ambiental y social de la región.
Los alcaldes aseguran que el plan reduciría drásticamente el agua que llega a Chapala, afectando al 60% del Área Metropolitana de Guadalajara que depende del lago. El impacto, advierten, sería devastador: menos pesca, caída del turismo, pérdida de biodiversidad y familias obligadas a migrar.
En conferencia de prensa, los ediles de Chapala, La Barca, Tizapán el Alto, Poncitlán, Tuxcueca, Ocotlán y Jocotepec unieron fuerzas para exigir a Conagua que frene el proyecto, transparente los estudios técnicos y abra una mesa de trabajo donde participen directamente los municipios, no solo los gobiernos estatales.
El acueducto, contemplado en el Plan Nacional Hídrico 2024-2030, planea extraer 3.8 metros cúbicos por segundo, es decir, 220 millones de metros cúbicos de agua al año, algo que, según los alcaldes, viola acuerdos previos y compromisos legales de la cuenca.
Aunque por ahora no contemplan acciones legales, buscan mantener un diálogo con las autoridades para frenar lo que llaman “una amenaza directa” contra el lago y las más de 400 mil personas que viven en sus orillas.
Al final del encuentro, firmaron un manifiesto en defensa del Lago de Chapala, dejando claro que no piensan quedarse de brazos cruzados.


































