Las fuertes lluvias que azotaron recientemente el estado de Veracruz dejaron una profunda huella de destrucción: colonias enteras inundadas, viviendas bajo el agua, caminos intransitables y familias que perdieron todo. Ante ese panorama, dos ciudadanas salmantinas, Alexa Zúñiga y Alejandra Osorio, decidieron no quedarse de brazos cruzados y viajaron hasta las zonas más afectadas para entregar personalmente los donativos reunidos por la gente de Salamanca y con apoyo de otras instancias que prestaron algunos vehículos de traslado.
Su misión fue clara, buscar a quienes más lo necesitaban para llevarles apoyo y esperanza porque lo han perdido todo.
“Logramos el objetivo, todos sus donativos fueron llevados y entregados a cada persona que lo necesitaba. Así como ustedes nos entregaron sus donativos en nuestras manos, nosotros, con nuestras manos les entregamos a todas las personas correspondientes”, compartió Alexa Zúñiga, al recordar con emoción su experiencia.
La entrega se realizó en comunidades donde la situación sigue siendo crítica. Los voluntarios visitaron la colonia José López Mateos, una de las más afectadas, donde el agua aún no baja y las familias sobreviven entre el lodo y la oscuridad.
“Fuimos a la colonia José López Mateos que fue una de las más afectadas que se encuentra a un lado del río, que hasta el día de hoy están con agua; sigue habiendo agua hasta las rodillas, con lodo, no hay luz, la señal es muy mala, mala”, relató Alexa.
En esa zona, los daños son tan graves que muchas personas siguen viviendo en las azoteas de sus casas, sin acceso a agua potable ni electricidad. La ayuda humanitaria ha sido insuficiente y la población lucha día a día por sobrevivir.
“Las personas siguen viviendo en las azoteas de sus casas, tratan y siguen buscando agua potable para poder limpiar y sobrevivir día con día”, contó Zúñiga, conmovida por lo que vio.
Con el apoyo de decenas de salmantinos que donaron alimentos, ropa y artículos de higiene, lograron aliviar aunque fuera por unos días, las carencias de muchas familias veracruzanas.
“Todas las personas estuvieron muy contentas porque gracias a ustedes, gente salmantina, pudieron comer, calzar, vestir y arroparse mínimo por los dos días que fuimos nosotros”, expresó Alejandra.
Entre los artículos entregados hubo sábanas, colchas, toallas y calzado, todo recolectado con solidaridad y empatía desde Salamanca.
A pesar de la ayuda, las condiciones siguen siendo duras. En muchas zonas, la comida escasea y los precios se han duplicado, lo que complica aún más la recuperación.
“Hace falta muchísimo, muchísimo apoyo, muchísima comida. La poca comida que venden allá está al doble de precio”, advirtió Alejandra.
La experiencia de los salmantinos que acudieron en auxilio refleja el poder de la solidaridad ciudadana y la urgencia de seguir ayudando. Mientras Veracruz intenta levantarse del desastre, Salamanca demostró que la empatía no conoce fronteras y que una pequeña acción puede marcar una gran diferencia.


































