
A pocos días de las tradicionales fiestas de San Juan y la Presa de la Olla, dos de los espacios naturales más emblemáticos de Guanajuato presentan un escenario desolador.
La acumulación de basura, la falta de mantenimiento y el descuido por parte de las autoridades han convertido a las presas de la Olla y San Renovato en auténticos muladares.
La Presa de la Olla, recién abastecida por las lluvias, se encuentra rodeada de desechos, en su mayoría botellas de plástico arrojadas irresponsablemente por visitantes, comerciantes y habitantes de la zona. A esto se suma la evidente ausencia de labores de limpieza y mantenimiento, con calles y áreas verdes abandonadas, sin presencia de trabajadores que mitiguen el problema.
La situación en San Renovato no es mejor. Además de la basura dispersa en el área, el vandalismo y los grafitis han tomado protagonismo, mientras que la falta de vigilancia policiaca deja a los visitantes expuestos a un ambiente poco seguro.
Los turistas que acudieron el fin de semana se llevaron una imagen lamentable de estos sitios históricos, reflejo de una gestión municipal indiferente. Mientras tanto, la alcaldesa compartió en redes sociales una fotografía recostada cómodamente en un diván, una imagen que para muchos representa la indolencia oficial ante la decadencia de espacios públicos que deberían ser prioritarios.