La calle Pasajero se ha convertido en un espacio marcado por el grafiti y el deterioro urbano.
Bardas, cortinas de locales comerciales, postes y viviendas se encuentran cubiertos de pintas que, lejos de ser atendidas, se continúan acumulando, dejando en evidencia la falta de vigilancia por parte de las autoridades que existe en la zona.
Vecinos señalan que el vandalismo se debe a la ausencia de rondines por parte de la policía municipal, han permitido que los grafitis se multipliquen sin consecuencia. “Aquí nadie vigila, las pintas aparecen constantemente aquí por toda la zona» comentó vecina.
Comerciantes y habitantes de la zona hacen un llamado para que las autoridades se mantengan vigilantes ante cualquier posible acto de vandalismo. Cabe recordar que grafitear propiedad privada o pública es una falta administrativa, la cual se hace acreedora a una multa económica que pus oscilar entre los mil 600 y los 2 mil 800 pesos, además de la sanción económica, se pueden aplicar sanciones como trabajos comunitarios y limpieza del graffiti.


































