
En Salamanca, Guanajuato, el tabaquismo sigue encendiendo focos rojos, especialmente entre adolescentes. Aunque el número de pacientes que buscan tratamiento para dejar de fumar ha tenido altibajos en los últimos años, los datos revelan una constante preocupante: cada vez más jóvenes, entre 12 y 18 años, están iniciándose en este hábito altamente nocivo.
De acuerdo con cifras del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, consultadas el 11 de mayo de 2025, estos han sido los registros de atención en el municipio:
– 2018: 7 pacientes
– 2019: 28 pacientes
– 2020: 11 pacientes
– 2023: 1 paciente
– 2024: 6 pacientes
– 2025: 2 pacientes (hasta ahora)
Cabe mencionar que estos datos abarcan también los municipios de Jaral del Progreso, Moroleón, Uriangato, Valle de Santiago y Yuriria.
El rango de edad de las personas que han buscado atención va desde los 9 hasta los 67 años, pero la mayoría se concentra en la adolescencia temprana. Este dato enciende alarmas, ya que cuanto más joven comienza una persona a fumar, más difícil es romper con la adicción y mayores son los daños acumulativos a su salud.
A nivel nacional, más de 14.6 millones de personas mayores de 15 años son fumadoras activas. Eso representa aproximadamente el 15.6% de la población adulta del país. Cada día, mueren 173 mexicanos por enfermedades asociadas al tabaquismo: cáncer, enfermedades cardiovasculares, EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), diabetes, entre otras.
En Guanajuato, el 10% de la población adulta fuma, mientras que el 4.5% de los adolescentes consume cigarrillos electrónicos, lo que representa una nueva vía de entrada a la nicotina, igual de adictiva y peligrosa.
Las causas del inicio en este hábito son muchas, pero entre las más comunes están:
– La presión social: el deseo de encajar o “verse grande” lleva a muchos adolescentes a encender su primer cigarro.
– La curiosidad: probar “solo uno” puede ser el inicio de una adicción duradera.
– La publicidad encubierta: redes sociales y contenido digital que romantiza el fumar.
– El fácil acceso a productos de tabaco y vapeadores, a menudo sin supervisión.
Abandonar el cigarro no es fácil, pero es una de las mejores decisiones que alguien puede tomar por su salud. Dejar de fumar reduce significativamente el riesgo de padecer enfermedades graves y mejora la calidad de vida desde los primeros días.