En la calle Cazadora, la señora María Elena continúa con entusiasmo ofreciendo disfraces para Halloween, una tradición que año con año despierta la imaginación de niños y adultos. Sin embargo, este 2025 las ventas han sido bajas, reflejando un ánimo más apagado entre los consumidores locales.
“Pues aquí tenemos de varios modelitos de fantasma, catrina, el catrín, del vampirito. Son varios, hay chico, mediano y grande”, compartió.
La tradición de disfrazarse en Halloween tiene raíces antiguas, provenientes de las celebraciones celtas, cuando se creía que los espíritus cruzaban al mundo de los vivos y las personas se vestían con máscaras para ahuyentarlos. Con el paso del tiempo, esta costumbre se mezcló con las festividades cristianas y llegó a México, donde convivió con el Día de Muertos, dando lugar a una mezcla única de color, alegría y respeto por quienes ya partieron.
Ahora los niños disfrutan de salir disfrazados a pedir dulces y por ello, la señora María Elena invita a la ciudadanía a consumir sus productos.
“Aquí las esperamos en Cazadora 504, los precios son de 240 o 290, varían los precios”, invitó.
Aunque reconoce que este año ha sido complicado, no pierde la esperanza.
“Están ahorita un poco bajas”, dijo con sinceridad, refiriéndose a las ventas.
Aun así, sigue preparando nuevos modelos con la ilusión de ver nuevamente las calles llenas de risas, sustos y personajes que dan vida a una de las tradiciones más esperadas del otoño.


































