Con el argumento de “aligerar” el tráfico en la zona poniente de Salamanca, el gobierno municipal decidió reabrir la calle Rinconada de San Martín, vialidad que conecta desde la colonia San Javier hasta El Campanario, con salida directa al libramiento Valle de Santiago–Irapuato.
Lo que las autoridades llaman solución, para muchos ciudadanos representa un retroceso en materia de seguridad. Y es que esta calle fue cerrada hace más de cinco años debido a que era utilizada como vía de escape por delincuentes, en una zona que por mucho tiempo fue considerada un punto rojo de robos de vehículos. Tras el cierre, la incidencia disminuyó.
La reapertura, sin embargo, ha despertado la preocupación de los vecinos, quienes temen que los delitos incrementen. La inquietud crece aún más si se recuerda que apenas el pasado 14 de agosto, un intento de asalto en esa misma zona terminó con la vida de un joven al que presuntamente intentaron despojar de su motocicleta a pesar de que este camino aún se encontraba cerrado.
“Hace algunos años se cerró precisamente por el tema de la incidencia delictiva, la propuesta es que va a ser en horarios igual que el flujo del puente en un solo sentido. Estamos proponiendo que sea a partir de las 6 de la mañana que haya un personal”, comentó el presidente municipal.
Con la reapertura se retiraron las vallas que antes limitaban el paso vehicular. Al respecto, César Prieto aseguró que la “solución” para inhibir la incidencia delictiva será instalar plumas de control, aunque no explicó cómo funcionarán ni quién las operará.
“Ahorita se quitaron las barreras que estaban por ahí, se va a instalar lo que es un dispositivo que nos permita, una pluma, que nos permita cerrar, para que la gente que tenga esa preocupación, pues no la tenga”, explicó.
El alcalde agregó que la apertura será temporal y que habrá personal encargado de vigilar quién entra y quién sale por la ruta. Sin embargo, no precisó cómo garantizarán la seguridad ni quién supervisará al personal designado.
“Va a ser de manera temporal, en un horario establecido y siempre con vigilancia de alguien que sepa quién está entrando y quién está saliendo”, señaló.
La decisión municipal, tomada bajo la justificación de agilizar el tránsito, ha sido calificada por algunos ciudadanos como un acto arriesgado, pues expone a los vecinos a un escenario de inseguridad que ya se había logrado contener años atrás.


































