El drenaje que conecta al CERESO de Salamanca, el rastro municipal y la asociación ganadera volvió a colapsar, provocando que aguas residuales queden expuestas en la zona y generen un serio riesgo de contaminación para un pozo cercano y los cultivos aledaños, según expuso recientemente Periódico Correo.
Vecinos de las comunidades Los Conejos y San José de Ulapa recordaron que desde administraciones pasadas se había anunciado un proyecto millonario para recolectar las descargas de estas instituciones. Sin embargo, nunca se concretó. Hoy el problema es evidente: las aguas negras se mezclan con la lluvia y corren por el camino junto al CERESO, desprendiendo un olor que confirma su origen.
De acuerdo con habitantes de la zona, no saben qué pasó con aquel recurso público ni si realmente se colocaron los tubos prometidos. Lo que sí tienen claro es que el drenaje está colapsado y que los mantos freáticos, así como las tierras de cultivo, están en riesgo de contaminación.
Quienes usan el camino para trasladar animales al rastro municipal señalaron que las condiciones son cada vez peores. El agua de lluvia mezclada con drenaje ha formado baches que impiden el paso seguro; transportar animales en esas condiciones pone en riesgo sus vehículos y su economía.
Otros vecinos explicaron que el drenaje al que originalmente se conectaron el rastro y el CERESO se construyó con tubos demasiado pequeños, incapaces de desalojar la creciente cantidad de aguas residuales, sobre todo ahora que la población del centro penitenciario ha aumentado.
Aunque durante la temporada de lluvias el olor se disimula, en épocas de calor se vuelve insoportable. La gente teme por la salud de quienes viven o trabajan cerca y pide que las autoridades atiendan de una vez por todas un problema que no es nuevo.
Cabe resaltar que en 2024 se realizaron trabajos de reparación, pero los resultados fueron temporales, pues el drenaje volvió a colapsar, y con ello regresó la problemática de vivir expuestos a aguas negras.


































