A más de tres años de haber iniciado su administración, César Prieto ha decidido cambiar de apuesta: ahora anuncia la creación del primer Centro de Dignificación Familiar en Salamanca, mientras su compromiso inicial de construir 150 “Corazones Comunitarios” permanece prácticamente en el olvido.

El nuevo centro, que se instalará en las instalaciones del DIF municipal en la colonia San Pedro, buscará brindar atención integral a personas en situación de vulnerabilidad, especialmente quienes enfrentan problemas de adicciones y violencia familiar. De acuerdo con el propio alcalde, este espacio operará como proyecto piloto con miras a replicarse en otros municipios del estado, con una inversión estimada de 10 millones de pesos.

Sin embargo, este anuncio llega en un contexto en el que uno de los compromisos más representativos de su gobierno (los Corazones Comunitarios) presenta un avance mínimo. A pesar de haber prometido públicamente 150 centros comunitarios al inicio de su gestión, la cifra fue recortada posteriormente a 50, considerando tanto nuevas construcciones como rehabilitaciones. De esa cantidad, solo cuatro han sido entregados oficialmente, mientras que otros cuatro más están apenas proyectados.

El resto simplemente no existe.

La administración ha justificado el estancamiento de este proyecto señalando que “la falta de certeza jurídica” en los predios destinados para las obras ha frenado su ejecución. No obstante, lo cierto es que el programa, que fue presentado como una de las principales banderas sociales del gobierno de César Prieto, no ha logrado avanzar más allá del discurso político y algunos arranques simbólicos.

En varias colonias donde se anunciaron estos espacios, vecinos reportan que las supuestas obras nunca iniciaron. Algunos recuerdan haber asistido a reuniones con funcionarios, incluso haber visto colocación de lonas y anuncios, pero al final, todo quedó en buenas intenciones.

La presentación del nuevo Centro de Dignificación Familiar, aunque relevante por la atención que plantea ofrecer, ha sido recibida con escepticismo por distintos sectores, que señalan que parece más una maniobra de distracción que un verdadero avance estructural en las políticas sociales municipales.

“Este nuevo centro está bien, pero ¿y los corazones? ¿Dónde quedó la red comunitaria que prometió el alcalde? No se vale cambiar de promesa cuando la anterior quedó ni a medias”, expresó una líder vecinal del norte de la ciudad.

Además, no se ha aclarado si este centro sustituirá el objetivo inicial de descentralizar los servicios comunitarios a través de múltiples puntos de atención vecinal. Por ahora, se trata de un solo edificio con atención centralizada, que contrasta con la visión original de tener una red activa de espacios distribuidos en todo Salamanca.

La administración municipal tampoco ha transparentado qué pasará con los recursos que ya se habían asignado para algunos de estos corazones. Tampoco se ha presentado un nuevo calendario, ni actualizaciones sobre predios, ni reglas claras de operación para el nuevo centro anunciado.

Con este giro, el gobierno de César Prieto parece más enfocado en cambiar de narrativa que en cumplir a cabalidad sus compromisos sociales. En el papel, el nuevo centro suena prometedor. En la práctica, la ciudad sigue esperando que al menos una de tantas promesas tenga corazón… y obra.