* El turismo religioso reúne parte de la riqueza cultural de Salamanca
* La Procesión del Silencio arroja una tradición del siglo XVII.
Salamanca, Gto. 01 de abril de 2015.- El turismo religioso reúne en Salamanca a miles de fieles en la Procesión del Silencio como preámbulo para culminar la Semana Mayor.
Al caer la noche hay que buscar un buen lugar en el centro de Salamanca y comenzar la reflexión personal para ver el paso de Jesús en la Procesión del Silencio el viernes santo.
Los milagros de Cristo son agradecidos por miles de personas y peregrinos que deambulan a lo largo algunas calles de Salamanca y observan el paso de la procesión por demás enigmática a los ojos.
Peregrinos de varios lugares comenzarán a llegar mañana a Salamanca para la celebración del Jueves Santo; unos regresan el mismo día a casa, muchos otros se quedan y participan en toda la Semana Santa.
La marea de espectadores invade las calles y buscan un lugar para ver la procesión de la cofradía que presenta escenificaciones únicas.
Una emoción abraza a los presentes al ver el paso de dolientes de la cofradía envueltos en capuchas moradas, negras, con hábitos, portando farolillos o velas, creando un ambiente de recogimiento místico.
Poco a poco el murmullo se torna en silencio cuando comienza el rítmico repicar de los tambores ejecutados por integrantes de la cofradía que conduce a Cristo recibiendo azotes, atado a una columna, casi desfallecido; atrás viene María, viendo a su hijo camino al Monte Calvario y cargando con la cruz, impactando el alma de los presentes con su sufrimiento.
La secuencia de la Procesión del Silencio comienza cuando Jesús es crucificado y pide al Padre el perdón para sus ejecutores desde la cruz; luego agoniza y muere.
Continúa el Santo Entierro cuya procesión es seguida por María la madre de Jesús, evocada en la virgen de la Soledad, desfilan lentamente y el sonido de los tambores lo envuelve todo, retumbando el alma y cuerpo de los presentes por el dolor que pasó Jesús.
La tradición de la Procesión del Silencio fue retomada por el padre Fray Camilo Montes en 1966, pues se dice que se realizaba en Salamanca en el siglo XVII.
Hoy distintas cofradías y grupos católicos se encargan de las distintas representaciones de la Pasión y la Procesión del Silencio, denominadas; “El Ecce Uomo”, “El Señor de la Columna”, “El Señor del Perdón”, “El Santo Entierro” y “La Virgen de la Soledad”.
La Procesión del Silencio en Salamanca muestra representaciones religiosas que dan cuenta del arraigo de las tradiciones de sus habitantes y conllevan a la riqueza del Destino Cultural de México.