Diego Sinhué es usado como carne de cañón.
El Secretario de Desarrollo Social y Humano del Estado no ha aprendido la lección y nuevamente se presta para que Miguel Márquez Márquez lo use como carne de cañón en la designación del candidato a gobernador para el 2018. De nada le sirvió al joven Diego Sinhué como jugaron con su imagen y dignidad cuando pretendió ser alcalde de la ciudad de León y obediente hasta la ignominia, permite que su nombre y trayectoria sean usadas con fines políticos muy bajos y contrarios a sus creencias, principios y valores. Verdaderamente penoso que acepte el papel de vil peón en un juego de ajedrez perverso y maquiavélico, donde siempre termina sacrificado sin el más mínimo remordimiento de los “grandes maestros”.
Hay que remontarse a mediados del 2014 y principios del 2015, cuando Márquez Márquez le vendió a Diego Sinhué la idea de la candidatura del PAN a la presidencia municipal, mostrándole supuestamente auténtico apoyo, lealtad y compromiso de proyecto, llegando incluso a brindarle la estructura de gobierno del estado para conseguir el objetivo. Diego Sinhué se la creyó y cayó redondito participando en un proceso interno donde ganaría quien tuviera mejor imagen y penetración entre el electorado, tuviera tablas para el manejo de los medios de comunicación y aprobara exámenes de conocimientos.
Nada de esto fue verdad y el gobernador traicionó, literalmente, a Diego Sinhué y negoció con los grupos del poder un candidato de unidad, que recayó en Héctor López Santillana, que era en realidad la opción preferida de Márquez Márquez para la presidencia municipal de León. Diego Sinhué fue vendido y a sus espaldas minaron su futuro, jugaron con sus esperanzas y pisotearon su nombre.
Diego Sinhué fue “institucional” y guardó silencio, aceptó con la cabeza agachada las órdenes superiores y como premio a su incomprensible docilidad, lo nombraron Secretario de Desarrollo Social y Humano, desde donde hoy nuevamente lo alientan a “tirarse al ruedo”, para llegado el momento, volvérsela hacer y darle un premio de consolación que lo mantenga callado y no sea un estorbo para los franquisitarios del PAN en el estado.
Hoy dicen que Diego Sinhué es el gallo del gobernador y eso no es verdad. Miguel Márquez Márquez tiene otros planes y solo lo está usando como moneda de cambio para una eventual negociación con otros grupos de poder dentro de Acción Nacional. Llegado el momento lo sacrificará y lo bajará de la contienda a cambio de que otro candidato de una corriente contraria y que no sea de su agrado también se baje, tal como lo hizo en León.
Suena muy triste pero es cierto, y resulta todavía más ensombrecedor que sea el papá de Diego Sinhué quien lo use para seguir obteniendo cargos, dádivas y
canonjías para toda la familia Rodríguez Vallejo, quien hoy está metida completa en la nómina oficial.
¿Por qué Márquez Márquez no avienta al ruedo a Éctor Jaime Ramírez Barba? ¿Por qué el gobernador no le da juego también a Antonio Salvador García López o Eduardo Sojo Garza Aldape? Porque a ellos no quiere exponerlos, tal vez alguno de ellos no se prestaría o porque los necesita libres de grilla por lo que se pudiera ofrecer. Diego Sinhué es joven y aguanta, y de eso se aprovechan para mandarlo a la guerra sin fusil, sin posibilidades reales de ganar y para limpiar el camino.
La mente del gobernador nada tiene que ver con su cara de buen samaritano. Ya lo ha demostrado y hará todo lo posible para imponer a su sucesor: Un adulto que le garantice un retiro tranquilo, cero exposiciones de irregularidades y picaporte por lo que en un futuro se pueda ofrecer. Al tiempo.