AZTECAS PUEBLO ELEGIDO DE LOS DIOSES. SU PEREGRINAR SEMEJANTE A LOS ISRAELITAS HASTA LLEGAR A LA TIERRA PROMETIDA. HUELLAS. EN VICTORIA DE CORTAZAR GUANAJUATO.
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- EULOGIO SOTO MAHE
Victoria de Cortázar Gto.- Existen grandes coincidencias en el peregrinar hacia una tierra prometida por los dioses, entre la tribu de Israel y la cultura azteca de nuestro país y hasta en el tiempo existe concordancia, ya que la tribu de Israel duro cuarenta años para llegar a Canaán mientras que los aztecas tardaron cuarenta y un años para llegar a Tenochtitlán.
Los aztecas o mejicanos, que fueron los últimos pobladores del país del Anáhuac vivieron hasta cerca de 1560 de la era vulgar en Aztlan, país situado al norte del seno de la california, por lo que parece, atendido el camino que hicieron en su peregrinación y las confrontaciones hechas después por los españoles, en los viajes que hicieron por aquellos países.
Esto de acuerdo a la Historia Antigua de Méjico escrita por al Abate don Francisco Javier Clavijero, la causa de abandonar su patria probablemente seria la misma que tuvieron las otras naciones, mas cualquiera que fuese, no será del todo inútil exponer el libre juicio de los lectores, aquello que los mismos historiadores mejicanos cuentan, sobre el origen de tal resolución.
Había, dicen, entre los aztecas un personaje de grande autoridad llamado Huitziton a cuyo parecer diferían todos en gran manera, este se había empeñado, en persuadir a sus nacionales la mutación de país, y mientras meditaba en esta idea, oyó por casualidad cantar sobre las ramas de un árbol, un pájaro cuya voz era parecida a la palabra mejicana tihui que quiere decir “vámonos”.
Fue así que a este personaje le pareció una buena ocasión para obtener de sus nacionales lo que el quería, llamo así a otro señor muy importante llamado Tecpaltzin hacia el árbol para que escuchara el sonido del pajarillo, y le explico lo del Tihui que quiere decir, que es necesario dejar este país y buscar otro, interpretando esto como un aviso de los dioses que cuidan de nuestra felicidad.
Y continua diciendo: “obedezcamos desde luego a su voz, y no queramos atraernos su indignación con nuestro desprecio” asintiendo plenamente Tecpaltzin a la interpretación de Huitziton, o por el concepto que de el tenia de hombre sabio, o por que el también estaba precedido del mismo pensamiento y así atrajeron a su pueblo esta idea, y comenzaron su partida.
Finalmente el viaje de los Aztecas fue emprendido en el año de 1160 de la era vulgar, se dice que se observo en pinturas antiguas una representación de un brazo de mar que se cree fue el colorado que desagua en el seno de California, y posteriormente siguieron hasta el rio Gila de ahí partieron y se establecieron en Chihuahua donde edificaron casas Grandes.
Después atravesaron los montes Fragosos de la Tarahumara y se dirigieron a Hueisolhuacan hoy Culiacán, aquí es donde fabricaron una estatua de madera representando a su dios Huitzilopochtli protector de esta nación, quien los acompaño en su viaje, haciendo una silla de cañas y juncos para trasportarla llamada Teoiepalli (silla de Dios).
Y eligieron a los sacerdotes que deberían cargarlo sobre los hombros, que eran cuatro por vez llamados Teotlamacazque (siervos de Dios) y al acto de cargarlo le llamaron Teomama que quiere decir Llevar a Dios a cuestas, algo mu parecido a la trasportación del arca de la alianza que, le dio Dios a Moisés, desde la salida del pueblo israelita de Egipto.
Aunque, no esta de acuerdo el investigador del cerro del Culiacán en Victoria de Cortázar en el estado de Guanajuato, don Uriel Almanza quien afirma que el sitio de partida del pueblo Mexica fue aquí en este lugar, y que asegura que Chicomoztoc y Aztlan son precisamente el cerro del Culiacán y la laguna de Yuririapundaro y no lo que afirman otras hipótesis
Un pueblo elegido que al igual que la de Israel, logro imponerse a otras tribus con la ayuda de su Dios y, de este modo los Aztecas a pesar de ser la ultima en llegar al Anáhuac y establecerse en un terreno inapropiado, construyeron la ciudad mas maravillosa de su época, y tuvieron el esplendor que pese a la llegada de los invasores aun perdura, y que probablemente don Uriel Almanza, tenga la razón.
