«Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan.»
Muy sabia reflexión del abogado y político mexicano de origen indígena, presidente en varias ocasiones de México, al que se le conoce como el “Benemérito de las Américas”. Me refiero nada más y nada menos que a Benito Pablo Juárez García.
Con esto viene a mi mente y espero que a la de muchos de ustedes igualmente, que falta poco menos de un año para que se realicen las elecciones, un proceso de toma de decisiones en el que los electores elegiremos, con nuestro voto, entre una pluralidad de candidatos a quienes ocuparán los cargos políticos en una supuesta democracia representativa.
Habrá elecciones generales para elegir a los miembros del poder legislativo y al jefe del poder ejecutivo. En el caso de Guanajuato al gobernador y elecciones locales, de ámbito municipal y regional.
Hasta ahí muy bien. Pero lo que me ha puesto a meditar sobre este asunto son las palabras del activista social, Dr. José Manuel Mireles Valverde, quien tajante asegura: “Todos los partidos pertenecen al mismo sistema político nacional. No hay nadie ajeno”. Pero además expone razones sobre las recientes elecciones en el Estado de México. ¿Y saben qué? Tiene razón.
Nosotros como sociedad civil, creo ya hemos aprendido suficiente, pero algo sucede que no nos animamos a levantar la voz. Porque seguramente seguimos sumidos en el conformismo porque nadie hacemos algo. Bueno si, quejarnos.
Lamentamos la forma en la que derrochan nuestros recursos, lo obeso de los ayuntamientos y sus extraordinarios salarios, lamentamos cómo sobajan y utilizan a las personas, pero con nuestra indiferencia en el fondo les decimos que estamos de acuerdo con todas sus artimañas y mentiras. Nos lamentamos (del verbo lamentar) que sean soberbios, autoritarios y que ignoran a quienes deben atender. Lloriqueamos porque manipulan los recursos públicos para sus fines personales.
Hasta cuando entenderemos que somos y hemos sido un pueblo pobre, dominado, burlado. Un pueblo que confía y lo vuelven a traicionar, pero ya, ya basta, ya no podemos seguir así, esto puede y debe cambiar. Y por todo lo que he expresado, pareciera que la única alternativa de un cambio real, sean las candidaturas independientes. Ojalá los salmantinos tomemos conciencia de tan importante reto.
Basta también, de repetir frases con gozo de corrupción, “Somos el país más rico del mundo. Nuestros políticos roban y nunca se acaba el dinero”, “Roba, pero deja robar”, “Roba, pero hace obra”, saquemos la casta, anteponiendo la dignidad.
La política no debería ser sinónimo de “hacer dinero”, para ganarlo honradamente existe el comercio y la industria, entre otros; el único fin de la política debiera ser
servir a la gente. En nuestras manos está que todo cambie para bien, decidámonos a participar por nuestra comunidad, recordemos que algo peor que un político corrupto, es un ciudadano que lo defienda. Y si no, deléitense con esta cita de George Bernard Shaw, dramaturgo, crítico y polemista irlandés: “Los pañales y los políticos han de cambiarse a menudo… y por los mismos motivos”
Así las cosas.