PUEBLO SIN LEY.-
En diferentes rubros, Salamanca cada día parece ir navegando sin dirección, sin control y peor aún sin ninguna Ley que ponga por lo menos un alto, tanto a los hechos delictivos como a los conflictos sociales que cada día aumentan, no solo en número, sino en grado de crueldad que en algunos casos rayan en el sadismo, como ocurrió en la semana que está por concluir, en donde hasta los cuerpos de policía mostraron la vulnerabilidad con la que se está enfrentando la lucha contra la delincuencia organizada; con resultados condenables y preocupantes para todos.
Para los únicos que no pareciera que inquietan o mejor dicho preocupan tanto que prefieren seguir escondidos lo más que pueden, son las autoridades municipales para quienes la violencia en las calles, ni los conflictos sociales graves como el caso de Valtierrilla, fueron suficientes para interrumpieran los “sagrados” días de asueto, como faltó poco para que lo externara el alcalde Antonio Arredondo Muñoz clara y abiertamente, al finalizar la 60 Sesión Ordinaria de Ayuntamiento que no fue otra cosa que de puro trámite y que de ese día a la fecha, pues solo se le ha visto para lo que se “pinta” solo, posar para la foto en eventos socialeros, como el caso de la deslucida Feria, que a diferencia de otros año, no ha logrado desviar la atención del desastre social que cada día está viviendo Salamanca.
INDIFERENCIA.-
La población que comprueba una y otra vez lo poco que le importa al gobierno del edil Antonio Arredondo Muñoz, es la comunidad de Valtierrilla, que en la primera semana de Pascua que terminó, ha tenido que afrontar solos el conflicto de la autonomía del agua que como Unión de Usuarios les fue retirada en la administración del ex alcalde Jorge Ignacio Luna Becerra a través de un Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento mejor conocido como SAPASVA, el cual un grupo disidente legalmente constituida en escritura pública como Asociación Civil, tomó el control argumentando malos manejos, dispendio de recursos y una polémica instalación de micromedición, en donde la administración municipal ha puesto toda su esperanza para solucionar las malas finanzas y el deficiente manejo de los recursos que mantienen el Organismo trabajando con números rojos; pero eso sí, sin faltar los “jugosos” salarios del personal directivo.
DESINTERÉS.-
Lo más cuestionable en el conflicto de Valtierrilla, es el desinterés que todos y cada uno de los integrantes del máximo Órgano de Gobierno, como es el Ayuntamiento, mostró el menor interés por acercarse, conocer y mediar la problemática que se ha originado con la toma de las instalaciones por parte de integrantes de la Asociación Civil lidereada por Herlinda Ochoa, que todos saben tiene el apoyo del dirigente de CODENA, y que después de su irrupción en las instalaciones, como ya está siendo costumbre, en el intento por boicotear su movimiento, se afectó a toda la comunidad cortando el suministro con el robo del medidor, ilícito federal del que se responsabiliza a un trabajador de SAPASVA.
Lo único cierto en medio de todo el conflicto es que ni uno de los ediles se ha interesado en el problema y ha acudido para por lo menos escuchar y orientar a los habitantes, quienes justamente en una fallida Asamblea convocada por el Delegado Juan José González, la que de buenas a primeras la suspendió, el reclamo generalizado ante una gran cantidad de dudas y temores, solo una cosa fue evidente, el desinterés del Ayuntamiento y de la administración de Antonio Arredondo, que sigue sin dar una y que ante los conflictos, mejor se hace un lado o simplemente se deslinda, haciendo sentir a los ciudadanos que son ignorados por sus autoridades y que en los conflictos están solos.
INFIERNO.-
Bien dicen que la realidad es más cruda que la ficción, era de verse en películas, la lucha de grupos por el control de una ciudad, nadie se imaginaba que los personajes de los que tanto hablan los corridos, están escindidos a plena vista, nadie se imaginaba, que un municipio tan pequeño, llegara a convertir en uno de los principales mataderos de la república.
Y es que los responsables ya no escatiman ni horarios ni lugares, convirtiendo en testigos de actos atroces a todo público, sobre todo jóvenes que apenas buscan su identidad y que aspiran a convertirse en parte de ese sector, a quiénes, nosotros como sociedad, hemos convertido en héroes.
Sin embargo, esto no justicia el descaro actuar de estos grupos, el vernos involucrados como ciudadanía, sin opción de actuar diferente, sin opción de escapar o pedir ayuda, porque hasta las autoridades tienen miedo, tristemente, esta situación se está convirtiendo en un pan de cada día, algo ya “normal”, pero no lo es, no es sano, no es común.
Así como no es sano dejar de salir por miedo, tener que buscar rutas a las normales por temor a ser atacados, desconfiar de quienes nos rodean no es nada normal, tenemos que cuidarnos unos a otros, no atacar, y dejar de esperar que llegue alguien que ahora si quiera hacer algo por los ciudadanos, porque mientras nosotros no demostremos unidad, nadie va a meter las manos al fuego.
