
La proliferación de palomas continúa siendo un peligro latente, especialmente para aquellos grupos más vulnerables como niños, ancianos, personas infectadas con VIH, enfermos de cáncer y diabetes, de igual manera para mujeres embarazadas.
El peligro radica en la inhalación del excremento en forma de polvo microscópico que las aves dejan a su paso.
Es importante considerar la cantidad y volumen de las defecaciones, dado que se pueden crear las condiciones para que se desarrollen protozoarios, hongos, bacterias o clamidias.
Las personas afectadas por este tipo de enfermedades pueden presentar fiebre, escalofríos, sudoración, mialgias y anorexia.
Los cuadros digestivos se suelen manifestar con vómitos y enterocolitis; además de otros síntomas como dolor de cabeza y debilidad, llegando incluso a cuadros infecciosos muy graves acompañados de deshidratación.