Por. Eulogio Soto Mahe.
Salamanca Gto. Repartidores de diversos productos viven diariamente en la incertidumbre de ser victimas de la delincuencia, en cualquier punto donde laboren, pues ya ningún lugar es seguro para ellos, pues la delincuencia se a extendido sin que las autoridades, hagan algo eficaz para erradicarla o cuando menos contenerla.
Asi lo manifestaron algunos entrevistados durante un sondeo de opinión, recabada en algunas colonias de la ciudad, donde la pregunta fue ¿como estaba la seguridad, para este sector tan importante? en la distribucion de mercancías diversas de consumo en tiendas de abarrote,s tanto en zona urbana como rural.
“Da miedo” señalaron, y es hasta traumatico haber sufrido algún hecho delictivo, en donde hasta salen a relucir armas para lograr el objetivo, de los delincuentes de obtener el dinero de la venta que, en muchas de las ocaciones, no llega ni a los quinientos pesos, debido que ha veces venimos empezando el reparto, y por este motivo, sufrimos agresiones físicas.
Otras ocaciones cuando no ven satisfechas sus intenciones de obtener mucho dinero, entonces nos roban la mercancía sea lo que sea: gansitos, pan, frutas, cerveza o cilindros de gas y la verdad sea dicha indicaron, en ocaciones preferirmos dejar el trabajo porque, no vale la pena morir y dejar a nuestras familias cada dia, con la angustia de ver que, nos puede suceder en el trabajo.
Es penoso dijeron ver que cuando ocurre un hecho funesto, la escena es rodeada de muchos policías de diversas cooporaciones, que no se ven antes de que ocurran estos crímenes, prevenir los hechos, por este motivo, mucho menos, pueden darnos seguridad en nuestros recorridos, y esto al parecer, lo sabe perfectamente la delincuencia, que actua impunemente.
Por ultimo indicaron que este tipo de atracos a los repartidores de mercancías esta poniendo en riesgo la fuerza laboral que se dedica a este trabajo, pues ello implica dejar sin surtir los productos básicos de uso diverso que el consumidor requiere, tanto en zona urbana como rural porque, arriegar la vida implica, considerar ya este trabajo, como de alto riesgo. concluyeron.