Reflexión medioambiental diciembre 2019
Por: Alberto De la Torre Gleason
“Él (Jesús) sí que estaba plenamente presente ante cada ser humano y ante cada criatura, y así nos mostró un camino para superar la ansiedad enfermiza que nos vuelve superficiales, agresivos y consumistas desenfrenados.” [i]
Papa Francisco.
Cuando reflexionamos sobre el tipo de mundo que estamos viviendo, la degradación en los ámbitos social, cultural, económico y medioambiental, vale la pena hacer un alto en el camino y replantear los objetivos, metas y estrategias, pues, ni duda cabe que algo no estamos haciendo bien como comunidad humana.
Aún estamos a tiempo de empezar desde el origen, de volver a iniciar, de comprender que estamos de paso, que nada nos pertenece y vivimos de prestado; por eso lo correcto es regresar lo prestado al menos igual, en las mismas condiciones y de preferencia mejor.
La verdad es que el tiempo se nos agota, el límite del planeta Tierra está llegando, esto nos debe conducir a tomar conciencia y redoblar esfuerzos, reinventarnos y resurgir desde el interior de nuestros corazones y actuar en consecuencia.
Es hora de revolucionar nuestra mente y conciencia, hacer a un lado divisiones, atavismos religiosos, culturales, racistas, ideológicos, partidarios y cualquier cosa que divida, reste y denigre.
El principio obliga a encontrarnos con nosotros mismos, con nuestra esencia, sintonizarnos en armonía con nuestro entorno inmediato: familia, vecinos, naturaleza, cosmos, y poder superior como lo concibamos. Estamos hechos para entrar en esa sincronía de bien y construcción, no de destrucción; nuestra plenitud individual y colectiva depende de ese reencuentro y reconciliación, iniciando en el intangible y ejecutando acciones concretas en el mundo tangible.
Existen historias y hombres que nos han indicado un mejor camino, Jesús, el judío de Galilea es uno de ellos que, con sus hechos de entrega y amor por el ser humano y todo el entorno, demostró la coherencia con su filosofía y aun al día de hoy conmueve e invita a revolucionar los corazones y todo lo creado.
Deseamos con todas nuestras fuerzas, fe, esperanza y amor, que, en estas fechas tan significativas para los seres humanos, se encienda nuevamente la llama de nuestros corazones para reconstruir decididamente nuestro mejor destino que todos merecemos.
Salamanca, Gto. 29 de diciembre del 2019.
[i] Carta Encíclica Laudato Si’ Sobre el cuidado de la casa común, pasaje No. 226 – Papa Francisco – mayo del 2015.
