Aunque muchas familias se niegan al regreso a clases presenciales por la razón de la pandemia por el COVID-19, en las calles de Salamanca y principalmente en el Centro Histórico, este fin de semana fueron observados decenas de niños quienes incluso no llevaban cubrebocas.
El Jardín Principal lució abarrotado y el comercio se hizo presente en el perímetro, ahí, los menores no dejaban de llegar y muchos de sus padres no buscaban la sana distancia.
Al cuestionar a ciudadanas respecto al tema del regreso a clases y la asistencia de sus hijos, fueron tres mujeres quienes compartieron sus opiniones.
La primera de ellas destacó que sí sacaba a sus hijos porque tenía un control absoluto sobre los niños y entonces no corrían peligro.
”Yo los saco a dar la vuelta para que se distraigan, eso de estar encerrados ya nadie, los saco y ya (…) a la escuela no los voy a mandar porque allá no los veo, no sé si se quitan el cubrebocas, si las maestras los cuidan, yo aquí no los dejo que se quiten el cubrebocas o sea los cuido bien”, opinó Mariana.
Otra madre de familia destacó que ella lleva una vida normal y enviará a sus dos hijas a la escuela pues ha considerado que durante 15 meses las dos niñas estuvieron deprimidas y bajaron su nivel académico, confía en que las maestras de la primaria Primitivo Soto van a tener todos los cuidados para salvaguardar la integridad de las menores.
”Yo sí, la mayor desde las pruebas piloto ya fue a la escuela Primitivo Soto y todo bien, confiamos en las maestras, en el orden que van a llevar porque saben que están cuidando a nuestros hijos y siempre lo han hecho muy bien (…) llevamos una vida normal, cuidándonos y todo”, apuntó testimonio que pidió anonimato.
Por último, otra madre de familia se mostró indecisa pues aunque sabe qué hay riesgo al salir a la calle y al asistir a la escuela, comentó que ya no es sano el encierro y además se genera algo de violencia y dependencia de los aparatos electrónicos.
”Sí salimos pero no sé si mandarlos o no a la escuela, es que por un lado mis hijos ya se hicieron medio adictos al este juego del celular y prefiero sacarlos a que se estén ahí hasta peleando y pegando todo el día, sobre la escuela todavía no tomamos una decisión”, aseveró Hilda.