Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, celebrados como uno de los eventos deportivos más icónicos de la historia reciente, enfrentan una polémica inesperada: la calidad de las medallas de bronce. Varios atletas han reportado el deterioro de sus preseas, lo que ha obligado al Comité Organizador a anunciar que cualquier medalla dañada será reemplazada en las semanas siguientes a la competencia.
Álvaro Martín, campeón olímpico en el relevo mixto de marcha junto a María Pérez, fue uno de los primeros en notar que su medalla de bronce en los 20 kilómetros se estaba descascarillando. “La tengo guardada en su caja para protegerla, pero no entiendo por qué está ocurriendo esto, mientras que la de oro está perfecta”, comentó Martín, aunque aún no ha solicitado un cambio.
El tema ganó aún más atención cuando el patinador de skate Nijah Houston mostró su medalla de bronce en redes sociales, con un desgaste visible en la grabación de la diosa de la Victoria. Houston sugirió públicamente que se debía mejorar la calidad de las medallas, y su opinión ha resonado con otros atletas que se encuentran en la misma situación.
Las medallas de bronce, con un diámetro de 85 milímetros y compuestas de una aleación de cobre, estaño y zinc, representan uno de los mayores logros en la carrera de los deportistas. Ante las quejas, el Comité de París 2024 ha garantizado que todas las medallas afectadas serán reemplazadas por la Monnaie de París, conservando el diseño original.
Este incidente ha generado un debate importante sobre la calidad de los premios en los Juegos Olímpicos, uno de los eventos deportivos más prestigiosos del planeta, y plantea la necesidad de asegurar que las preseas reflejen el esfuerzo y el sacrificio de los atletas.