
#Irapuato #Salamanca La Ley General para el Control del Tabaco, reformada en 2023, prohíbe fumar en espacios cerrados de acceso público, incluyendo bares, cantinas y centros de entretenimiento. Sin embargo, en ciudades como Irapuato y Salamanca, esta disposición es frecuentemente ignorada, mientras la Secretaría de Salud del estado de Guanajuato, encabezada por el Dr. Gabriel Alfredo Cortés Alcalá, permanece indiferente ante las múltiples denuncias ciudadanas.
A pesar de que esta legislación tiene como objetivo proteger la salud de los no fumadores, muchos establecimientos permiten sin restricción alguna el consumo de cigarrillos dentro de sus instalaciones, exponiendo a los asistentes al humo de segunda mano y violando la norma federal sin consecuencias visibles.
“Es absurdo que uno tenga que aguantar el humo del cigarro en pleno 2025, como si no existiera ninguna ley. En varios bares de Irapuato se fuma como si nada, y si te quejas, eres tú el problema”, denunció Carmen, visitante frecuente en bar de Irapuato.
“Yo fui a un bar en Salamanca y literal tuve que cambiarme de mesa tres veces. Todo el mundo fumando, y los meseros también fumando. ¿Entonces para qué tanta ley si nadie la hace cumplir?”, expresó molesto José Luis, estudiante universitario.
La ley vigente también contempla restricciones al uso de vapeadores en espacios cerrados. Sin embargo, la permisividad con el cigarro convencional es lo que más preocupa a ciudadanos y especialistas, pues sus efectos pasivos son más inmediatos y peligrosos para quienes no consumen pero respiran el humo involuntariamente.
Actualmente, la Secretaría de Salud de Guanajuato tiene la atribución de supervisar y sancionar a los establecimientos que incumplen esta ley. Sin embargo, no hay reportes de clausuras, multas ni inspecciones recientes en bares de Salamanca o Irapuato, a pesar de las quejas constantes en redes sociales y medios locales.
Este vacío de vigilancia refleja no solo negligencia administrativa, sino también una desprotección clara a los derechos de los no fumadores, quienes se ven obligados a elegir entre exponerse o retirarse del lugar.
La ciudadanía exige acciones concretas, vigilancia real y sanciones ejemplares, no solo campañas publicitarias. El derecho a respirar aire limpio en espacios públicos cerrados está consagrado en la ley, pero sin cumplimiento, no pasa de ser una aspiración vacía.
¿Dónde está la autoridad sanitaria? ¿Quién protege al ciudadano?