Por: un México justo, libre y soberano [2]
Durante los años sesenta del siglo XX viajó a México el brillante economista marxista Paul Sweezy fundador de la prestigiada revista socialista Monthly Review —la que por cierto después de 76 años se sigue publicando ininterrumpidamente—. Ya en México le pidió al pensador revolucionario mexicano Alonso Aguilar Monteverde, si le podía concertar una cita con el expresidente General Lázaro Cárdenas para entrevistarlo. Alonso Aguilar hizo la cita y narra que en el arranque de la entrevista Sweezy le plantea la primera pregunta: «Señor Cárdenas ¿cuál es el principal problema de México?» Y sin titubear y en el instante el General Cárdenas respondió «Estados Unidos». Ante esa fulminante respuesta, narró Alonso Aguilar: Paul Sweezy se reacomodó en su asiento y tomó rápidamente una pluma y su cuaderno de notas porque supo entonces que no estaba con un personaje político cualquiera.
Pues bien, la historia actual de la relación con el gobierno estadounidense confirma las palabras del General Cárdenas. Las relaciones con los gobiernos y los poderosos grupos económicos de los Estados Unidos y la extensa vecindad, han sido siempre sumamente difíciles para nuestro país. Diversos gobiernos mexicanos han fluctuado, entre el entreguismo —como fue el caso de los seis gobiernos neoliberales de finales del siglo XX y principio de éste— y el intento de una relación digna, lo que logra sortear el gobierno de Lázaro Cárdenas por un apoyo popular incontrastable entonces y por la enorme habilidad política de su presidencia. Sin embargo, podemos contar con los dedos de una mano aquellos gobiernos que desde la Revolución Mexicana hasta recientemente lograron sortear dicha conflictiva relación con cierto decoro, pero que obviamente no consiguieron revertir la actitud prepotente imperialista.
La memoria histórica de los pueblos debe reforzarse, porque los gobiernos neoliberales lograron relativamente a través del sistema educativo y de otros medios ideológicos con los que cuenta como las iglesias, la prensa, la radio, el cine y la televisión, tratar de borrar la historia y ocultar la realidad. Las relaciones de México con los Estados Unidos, sus gobiernos y su oligarquía siempre han sido complejas. No hablamos de su pueblo, porque diversos sectores importantes de estadounidenses en diferentes momentos de la historia y en la actualidad ha expresado simpatía, apoyo y admiración por el nuestro pueblo y su cultura; muchos de ellos hoy acompañan a los migrantes latinoamericanos en su lucha contra las arbitrarias deportaciones del gobierno actual.
Sin embargo, existe una gran corriente de estadounidenses que han sido ideológicamente envenenados y aceptan los estereotipos imperialistas racistas y xenófobos forjados y difundidos por la derecha en aquél país. En esa dirección ideológica y política el nuevo gobierno de Donald Trump se ha tornado sumamente peligroso.
Los apetitos expansionistas de los Estados Unidos acompañan su historia de dos y medio siglos. Ahora gran parte de la población mundial y desde luego la mayoría del pueblo mexicano rechazan las políticas del gobierno de Trump, en gran medida por su estruendoso estilo agresivo de gobernar. Pero las agresiones a los pueblos latinoamericanos, asiáticos y africanos y desde luego a nuestro país y a nuestro pueblo, no son de ahora. México y los mexicanos, como gran parte del mundo subdesarrollado y no «caucásico» hemos vivido constantes vejaciones a lo largo de nuestra historia, ya sea con gobiernos demócratas o republicanos. Si bien ciertas corrientes del partido demócrata actúan de manera más tolerante ante ciertos asuntos sociales y algunos de sus miembros suelen apoyar causas progresistas, en el terreno de las políticas imperialistas, en el apoyo a las guerras y frente a los países pobres no se distinguen claramente, en gran medida porque la estructura del poder real en los Estados Unidos impide que los presidentes y legisladores actúen con base a su política preferida sino que deben funcionar acordes al régimen imperialista estadounidense.
El peligro ahora, es que las fuerzas imperialistas en Estados Unidos se han vuelto más agresivas puesto que experimentan serios problemas al estar perdiendo la hegemonía y el control mundial. China es ya en algunos aspectos económicos, sobre todo en el terreno de la producción, el país más poderoso del mundo, salvo en la industria militar y en el sistema financiero que son los dos pilares fundamentales los que depende principalmente el poderío de los Estados Unidos; los BRICS representan ya más de la tercera parte de la producción mundial, aproximadamente el 35%, mientras, combinando nuestros tres países firmantes tratado de América del Norte representan el 25% del producto mundial y la Unión Europea junto con la Gran Bretaña no llegan al 20%.
En esas condiciones EUA no tiene muchas opciones para evitar la tendencia al relativo y paulatino declive de su economía y sociedad. Conforme la nueva política proyectada por Trump y la oligarquía estadounidense, se ha decidido actuar ante todos los países del mundo con una política agresiva de elevación de aranceles, inclusive contra gran parte de sus socios de toda la vida y desde luego imponiendo unilateralmente castigos comerciales más severos a los países más débiles, o que cuentan con menos defensas, o que son considerados enemigos de los EUA, que casi siempre se refiere a quienes no se someten a sus reglas o que amenazan su hegemonía.
Salamanca; Gto. 29 de septiembre del 2025.
[1] PARTE 2 DE 4: “Una Nueva y Más Violenta Ofensiva del Imperialismo”, Consulta en Línea: https://salmantino.mx/2025-biosfera-frente-al-crecimiento-del-fascismo-la-defensa-de-la-soberania-parte-2-de-4-una-nueva-y-mas-violenta-ofensiva-del-imperialismo-1/
[2] Gastón Martínez Rivera, Cecilia Madero Muñoz, Agustín Ramírez Agundis, Alfonso Díaz Rey, Magdalena Galindo, Carmen Galindo, Rosa Elena Escalera, Manuel De la Torre Rivera, Fernando Ruíz Noriega, Ana Francisca Palomera, Moisés García, Ignacio López Amezcua, Emma Lorena Cifuentes, Natali Herrera, Eduardo Ocampo E, Rolando González Arias, Enrique Condés Lara, María Elena Velazco, Mario Aguiñaga.


![#Biósfera La normalidad de la catástrofe [1]](https://salmantino.mx/wp-content/uploads/2025/11/img_2102.jpeg)

































