
El gobierno del expresidente Donald Trump implementó una nueva medida para revocar visas de estudiantes chinos, enfocándose especialmente en aquellos con supuestos vínculos al Partido Comunista Chino o que estudian áreas consideradas “Críticas”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ordenó a las embajadas cancelar citas de visa estudiantil y reforzar la revisión de redes sociales de solicitantes provenientes de China y Hong Kong.
Ante esta decisión, China reaccionó con fuertes críticas, acusando a Estados Unidos de utilizar la “seguridad nacional” como pretexto para imponer políticas discriminatorias e ideológicas.
La reducción de estudiantes chinos en universidades estadounidenses ya es evidente, y algunas instituciones como Harvard han recurrido a demandas contra el gobierno en protesta por estas restricciones, argumentando que la medida podría afectar la economía y diversidad académica.