
Las calles del centro de Salamanca se llenaron de fe y flores. Miles de personas acudieron esta mañana del lunes al Santuario del Señor del Hospital para venerar al Cristo Negro, una de las imágenes más queridas y veneradas en la región del Bajío.
La festividad, que marca el aniversario número 465 de la llegada de la imagen a la ciudad, reunió no solo a habitantes del municipio, sino también a peregrinos de distintas partes de Guanajuato y estados vecinos. La imagen del Cristo Negro, tallada en caña de maíz en Pátzcuaro en el siglo XVI, ha sido considerada milagrosa desde hace generaciones y ocupa un lugar especial en la vida espiritual de miles de personas.
Tal es el caso de la señora Ana Lilia, quien asegura haber sido una de las personas que considera haber vivido un milagro, pues afirma que durante el embarazo de una de sus hijas, estuvo a punto de morir al dar a luz, pero gracias a su fe, ella pudo continuar con su vida, asegurando que son historias muy bonitas las que se viven.
Durante la celebración, se llevó a cabo la tradicional procesión, donde la imagen fue paseada por las principales calles, acompañada por danzas, rezos y cánticos. Los fieles, muchos de ellos con promesas o agradecimientos personales, avanzaban al ritmo solemne de los tambores, algunos incluso de rodillas o descalzos. Por la mañana fueron los ciudadanos de algunas comunidades como Loma de San Antonio y La Capilla y más tarde, se llevó a cabo una procesión más de la comunidad de Cerro Gordo, hasta el Señor del Hospital.
La presencia del Cristo Negro sigue siendo un símbolo vivo de identidad y esperanza para Salamanca. Año con año, la tradición se renueva en cada paso, cada vela encendida, cada mirada de fe. Y es que para muchos, esta visita no es solo una celebración: es un encuentro con algo que les da fuerza para seguir adelante.