
Ni siquiera las lluvias que han azotado la ciudad en las últimas semanas han logrado frenar la incidencia de robo de motocicletas, un delito que continúa golpeando a decenas de familias salmantinas que utilizan estos vehículos como su principal medio de transporte.
De acuerdo con testimonios ciudadanos, los delincuentes aprovechan cualquier circunstancia para sustraer unidades estacionadas en calles y espacios públicos, incluso durante los días de tormenta. En varios casos, se reporta que los ladrones operan con total impunidad, sin importarles las cámaras de vigilancia ni la presencia de transeúntes.
“Es indignante que no importe si está lloviendo o si hay gente alrededor; de todas maneras se las llevan. Ya no sabemos dónde estacionar”, comentó un afectado que prefirió omitir su nombre por seguridad.
Uno de los más recientes hechos se registró en la colonia El Edén, en donde una motocicleta fue robada a pesar de que se encontraba cerca del domicilio del propietario, además de que la lluvia era persistente, sin embargo, nada de esto impidió que el sujeto se llevara la motocicleta.
El segundo hecho se registró en la colonia El Deportivo, cerca de las 6:00 de la mañana, cuando una motocicleta Pulsar NS 200 fue robada de un domicilio.
Vecinos de diferentes colonias señalaron que, aunque se han anunciado operativos y estrategias para contener este delito, hasta ahora los resultados son insuficientes. Por ello, hicieron un llamado urgente a las autoridades municipales para que implementen medidas efectivas que realmente inhiban estos robos, y no únicamente recorridos ocasionales que poco cambian la situación de fondo.
“Necesitamos que el municipio actúe con firmeza. Las motos no son un lujo, son nuestra herramienta de trabajo. Cada robo es un golpe económico para las familias”, reclamaron.
En lo que va del año, Salamanca ha acumulado múltiples denuncias por sustracción de motocicletas, convirtiéndose en uno de los delitos patrimoniales que más afecta la tranquilidad de la población.
Los afectados insistieron en que se refuercen la vigilancia constante, la identificación de bandas dedicadas a este ilícito y la aplicación de sanciones ejemplares a quienes resulten responsables, pues consideran que mientras prevalezca la impunidad, el problema continuará creciendo sin freno, con o sin lluvia.