El aumento al pasaje en Salamanca no llegó solo, sino que vino acompañado de promesas que según ciudadanos, no se han cumplido.
Las autoridades municipales y las concesionarias aseguraron que, a cambio de pagar más, los ciudadanos verían mejor servicio, operadores capacitados y una renovación progresiva de las unidades.
Pero para los usuarios, esas mejoras siguen siendo solo eso, promesas. Y el transporte público continúa siendo un servicio caro, inseguro y desgastado.
Una usuaria que depende diariamente de dos rutas para trabajar y llevar a su bebé a la guardería asegura que nada cambió después del incremento.
“Mira yo utilizo lo que es el transporte público de lunes a viernes, utilizo lo que son 2 unidades, ya que tengo que venir a trabajar y llevar a mi bebé a la guardería, y pues respecto a lo que es el incremento del pasaje para que arreglen lo que viene siendo las combis, pues no no he visto gran cambio, la verdad porque hay muchas combis en muy mal estado muy descuidada”
El aumento se justificó también con el compromiso de capacitar conductores para mejorar el trato al usuario. Pero la realidad muestra lo contrario, ya que según comentan siguen los malos modos y la falta de empatía hacia el pasajero.
“Hay personas que al principio cuando fue lo del cambio de lo del incremento del pasaje, o sea se molestaban porque llegaba a ver personas que te gritaban ‘faltan dos pesos’ cuando la persona ya se había bajado y no te lo pedían de manera amable, si no te gritaban, te gritoneaban, pues enfrente de todos”
A esto se suman acciones peligrosas por parte de los conductores, como arrancar sin permitir que los usuarios se acomoden o se sienten. Para personas que viajan con niños, adultos mayores o cargas pesadas, esta práctica se vuelve un riesgo diario que ninguna autoridad ha frenado.
“También hay situaciones en las que no no me agrada o no, no me gusta el transporte público, porque pues apenas te va subiendo y te vas acomodando en mi caso, pues de que voy toda cargada con la mochila, la pañalera, esto, aquello, el bebé y apenas me voy subiendo y empieza arrancarle, no me dan ni Chance ni siquiera de sentarme o de poder agarrarme bien, lo cual pues se me hace también como una falta de respeto porque pues es muy peligroso, ya que pues va la puerta abierta y puedo caerme yo y se puede caer mi bebé”
Mientras el costo del transporte subió para todos, la calidad no creció ni un centímetro. Las unidades siguen deterioradas, los operadores continúan sin capacitación y el servicio no ha mostrado mejoras visibles, pese a que era parte del acuerdo para autorizar el aumento.
Los usuarios siguen esperando que las autoridades municipales y las concesionarias cumplan con lo que prometieron: un transporte seguro, unidades en buen estado, conductores capacitados y con trato digno, además de la supervisión real y constante































