Por: Alfonso Díaz Rey*
Contemplada desde el punto de vista angélico, idealista, la historia de México es la de sus frustraciones.
Jorge Carrión [1]
La transformación que requiere nuestro país necesariamente implica la construcción de relaciones sociales que conduzcan a una sociedad cada vez menos injusta y desigual.
A esa transformación se oponen quienes mediante la injusticia y la desigualdad han acumulado riqueza y privilegios, condición a la que por ningún motivo están dispuestos a renunciar.
Muestra de ello es la oposición a las reformas a la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social, para regular la subcontratación, el outsourcing, práctica que agudiza la explotación de la fuerza de trabajo, incrementa las ganancias de los empresarios que recurren a ella y representa, en evasión al fisco y de cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social y al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, la nada despreciable suma de 50 mil millones de pesos anuales.
Tal oposición es entendible. Lo paradójico es que uno de los más acérrimos opositores a esas reformas sea un miembro del Senado de la República, Ricardo Monreal, perteneciente a Morena, el partido que dice impulsar la cuarta transformación de este país (4T).
El argumento del senador Monreal es la palabra empeñada a los patrones y empresarios para que ese «vulnerable» sector de la sociedad no vea reducidos sus privilegios ni su riqueza. Su actitud deja ver que su compromiso como miembro del legislativo, más que con el pueblo mexicano es con la oligarquía y la alta burguesía.
La posición del senador Monreal y algunos miembros de su partido en torno a la regulación de la subcontratación, no es simplemente un caso de «palabra empeñada», es, en el contexto de la contradicción capital-trabajo, tomar partido por una posición de clase, a favor del grupo minoritario que detenta el poder económico y se resiste a perder el poder político.
Situaciones como esta muestran que las contradicciones al interior de Morena son cosa seria y podrían dar al traste con la ilusión de millones de mexicanos, trabajadores en su inmensa mayoría, que el 1 de julio de 2018 votaron por un cambio real y favorable al pueblo. Por ello, el desenlace de la pugna alrededor de las citadas reformas mostrará qué tan viable es la 4T.
Lo anterior parece indicar que el partido que plantea la transformación de este país debe, antes que nada, transformarse a sí mismo para convertirse en un verdadero partido, con un programa que atienda y promueva todo aquello que conduzca a la transformación que necesita México para salir del subdesarrollo y la dependencia estructural en que ha caído a causa de regímenes entreguistas, sometidos a los dictados del capital.
Independientemente de la importancia y el valor político y moral de una persona o un partido, son los pueblos quienes con sus acciones, conscientes y organizadas, producen las transformaciones sociales. Por ello hemos insistido en que la transformación que necesita México debe ser obra colectiva de los mexicanos.
Solamente de esa manera podremos aspirar a construir una patria nueva, unida, libre y soberana.
Salamanca, Guanajuato, 25 de marzo de 2020
* Alfonso Díaz Rey es miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.
1.- Quesada, Marta y Alzaga, Oscar, compiladores. Crítica a la ideología burguesa, Antología de Jorge Carrión. México: subdesarrollo, ideología, clases sociales y poder político. Algunas reflexiones. México, Altres Costa Amic Editores, 2013, p. 97.
AL PRESIDENTE AMLO Y SU EQUIPO NO LE INTERESA LA SITUACION ECONOMICA DEL PUEBLO A AMLO LE INTERESA QUE SEAMOS BUENOS MEXICANOS, QUE SEAMOS BUENOS PATRIOTAS COMO ELLOS, SI EL PUEBLO NO TIENE PARA COMER MAÑANA AL PRESIDENTE ESO NO LE INTERESA. SEAMOS BUENOS MEXICANOS AYUDANDONOS ENTRE NOSOTROS.
No es la 4T a prueba, ya que esta beneficia solo a la burocracia (actualmente de vacaciones ampliadas) , el 80% de la economía mexicana es informal pero se pagan impuestos y estos benefician solo a políticos y burocracia. Los particulares estan en el desamparo.