Juan Rodríguez Álvarez se ha dedicado por más de 40 años a la construcción; es orgullosamente maestro albañil, salmantino de corazón; esposo, padre, abuelo que es admirado por su bondad, por su alma trabajadora y honesta.
El cemento, los tabiques, los andamios, la pala, el cincel, todas las herramientas y los materiales para la construcción han sido sus mejores aliados para sacar adelante a su familia, por eso, para don Juan ser albañil significa tener un trabajo digno que le gratifica con el alimento de cada día.
A pesar de que es uno de los oficios más pesados pues humanamente deja severas huellas en la piel y en el cuerpo, el señor Juan no deja de salir cada mañana a realizar con pasión y entrega cada encargo.
En sus manos ásperas se refleja que es un verdadero hombre de trabajo y que ni los rayos del sol ni el cansancio le hacen titubear pues con todo gusto sale a realizar el trabajo duro y constante que no deja de ser una de sus pasiones.
Por la pandemia de COVID-19 todo se ha tornado complicado pero el trabajo no ha faltado y por ello le agradece a Dios que no deja de llevar pan a la mesa de su hogar y que pese a todo sigue pegando tabique, haciendo mezcla, trepando a las alturas, esforzándose bajo el rayo de sol porque ello le ha permitido sacar adelante a sus 5 hijos, por ellos, por su familia se encomienda a Dios para sentirse protegido.
Este 3 de Mayo fue Día de la Santa Cruz, fecha en que se celebra a los trabajadores de la construcción, a esos albañiles que todos los días arriesgan sus vidas, suben con cargas pesadas, hacen de los ladrillos y el cemento su pasión, construyen los sueños familiares mientras le ruegan a Dios que cada día sea bueno y mejor.