Raíces, garantía de sostenibilidad.
Por: Alberto De la Torre Gleason
Juan Pablo II recordó con mucho énfasis esta doctrina, diciendo que « Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno ». […] Remarcó que « nosería verdaderamente digno del hombre un tipo de desarrollo que no respetara y promoviera los derechos humanos, personales y sociales, económicos y políticos, incluidos los derechos de las naciones y de los pueblos ».[1]
Papa Francisco.
Las especies vegetales juegan un papel protagónico en el desarrollo y sostenibilidad de la vida en el planeta, de tal forma que su desaparición provocaría la extinción de las especiesanimales, incluyendo el hombre; y es común saber que las raíces de los vegetales son el cimiento que garantiza tanto la estabilidad, arraigo y alimentación de nutrientes de la planta.
Así como las raíces de un vegetal son su cimiento, las raíces culturales son los cimientos de un pueblo, por eso la importancia de conocer el origen de nuestra cultura, la historia de nuestro pueblo, nuestros ancestros, en primer lugar para entender nuestra realidad actual así como para conformar nuestra identidad particular de pueblo – nación versus los demás pueblos del planeta, no con el afán de una comparación competitiva negativa o sectaria pero sí como parte de una diversidad que enriquece a la población planetaria a la cual también pertenecemos y dependemos.
Como pueblo mexicano, llevamos en nuestra sangre el mestizaje de dos culturas: la de todos los pueblos indígenas que habitaban este territorio antes de la conquista española y, la española; ambas con su respectiva evolución y por consiguiente con diversos mestizajes previos, es decir que no podemos hablar de “razas puras” y ningún ser humano en el planeta podría ostentar semejante mentira precaria.
Enriquecidos con ese mestizaje es que hoy nos identificamos mexicanos, sin embargo, existen alrededor de10.5% del total de la población nacional que conservan en mayor proporción sangre y cultura indígena de los pueblos originarios del ahora conocido México.
Estos hermanos indígenas han sido marginados, producto del abuso de un sistema político – económico – social – ideológico perverso llamado capitalismo salvaje, ¡Sí!, el mismo que tiene al planeta la borde del abismo con la amenaza climática y nuclear.
Lo interesante de todo lo anterior es que ante estos riesgos que amenazan la vida en el planeta, la cultura de los pueblos originarios ofrece una alternativa viable para reestructurarnos hacia un sistema de vida más armónico con la naturaleza y nosotros mismos, sostenible.
Así que, más que creer que somos “justos o misericordiosos” en ver por los derechos de los pueblos originarios, la realidad es que su cultura es la que nos puede salvar de la extinción.
La Carta de la Tierra de la ONU, expresa claramente en su principio número 12, la labor inmediata que tenemos para avanzar en este nuevo rumbo:
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.
Salamanca, Gto., 15 de agosto del 2021.
[1] Carta enc. Centesimus annus (1 mayo 1991), 31: AAS 83 (1991), 831. – Carta enc. Sollicitudo rei socialis (30 diciembre 1987), 33: AAS 80 (1988), 557. Carta Encíclica Laudato Si’ Sobre el cuidado de la casa común– Papa Francisco – mayo del 2015. Consulta en Línea: https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html
[2] Consulta en Línea: https://cartadelatierra.org/lea-la-carta-de-la-tierra/