México inició el procesamiento de solicitudes de refugio para afganos, en especial de mujeres y niñas que lo hayan solicitado, así lo señalo puntualmente el titular de la Secretaría de Relaciones exteriores, Marcelo Ebrard ante la llegada de los talibanes al poder.
A través de su cuenta de Twitter, el canciller dio a conocer que, trabajando de forma conjunta con Guillermo Puente Ordorica el cual es el embajador de México en Irán, dieron comienzo estos procedimientos en apoyo a las mujeres y niñas de Afganistán.
Considerando la situación de emergencia, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó que, al momento, no puede dar más detalles respecto al número de solicitudes y tampoco tiene un estimado sobre cuánto tiempo tardará completar el proceso. De cualquier manera, la noticia refleja algo que ha distinguido a nuestra diplomacia durante toda su historia. La protección de los derechos humanos es un pilar para la política exterior mexicana.
Alejandro Rozado sociólogo, psicoterapeuta y escritor escribió al respecto la siguiente reflexión:
AFGANISTÁN:
Asistimos a una prolongada decadencia de dos grandes civilizaciones: Occidente y el mundo islámico. Nacieron casi juntas, crecieron peleando entre sí y han envejecido a la par. Ahí está Afganistán como ejemplo nítido de ese doble declive: un país detenido en el tiempo. Ni la invasión soviética pudo orillarlo al comunismo, ni la invasión estadunidense pudo transformarlo en un país democrático. El regreso de los talibanes al poder es el resultado del fracaso geopolítico de las potencias mundiales, así como el desolador hundimiento de todo lo glorioso que representó el Islam durante siglos de creatividad cultural. / De lejos, desde sus inaccesibles montañas, los afganos ven pasar la historia. / Ahora se conjuga mediáticamente el verbo: huir. Después quizá venga el verbo: aislar o bloquear. ¡Sancionar! Aunque, eso sí, tanto horror occidental a la misoginia salvaje nunca detuvo el flujo de armas para los ortodoxos empoderados. / Ante la catástrofe que pudiera significar el poder talibán, urge garantizar la protección de vidas civiles, principalmente de las mujeres. Lo peor sería oponer el mismo belicismo disfuncional contra los extremistas. / Una decidida política de disposición al diálogo, apertura comercial y cultural con Afganistán es lo mejor que podrían hacer las naciones de buena voluntad para proteger a la población afgana de los excesos misóginos y misántropos del nuevo régimen. Así parecen entenderlo Rusia y China. No más bombardeos. México debe contribuir a tal propósito -con sus buenos oficios diplomáticos centrados en el Consejo de Seguridad de la ONU– para estos tiempos de desastre en el hermano país de Afganistán.