Nos encontramos cerrando el primer semestre del año y en opinión de quienes trabajan en los centros de verificación vehicular, esto puede llegar a ser una determinante en relación a la baja afluencia en estos entes.
Algunos corren el riesgo de querer llegar al segundo semestre a fin de ponerse al corriente con las verificaciones, otros más porque con el cierre escolar y la aún inestable economía, y hay que entender que este procedimiento significa un egreso de capital en tiempos adversos, por lo que muchos optan por postergarlo; lo cierto es que no estar al corriente con estos trámites, pueden generar multas considerables, además que la inversión en verificar es algo que no se extinguirá por existir una sanción.
Alberto Mares, titular de un verificentro, señala que es muy común la baja en los meses de junio y julio, él lo atribuye a que algunos ciudadanos desean ahorrarse una verificación; en cuyo caso, como ya se mencionó, se corre el riesgo de hacerse acreedor a una multa.
Para Bernardo Muñoz, dedicado también a esta labor, el motivo de la poca respuesta de la población, radica en los gastos escolares, la vacunación e incluso la mala situación económica que aún padecen gran parte de los salmantinos.
Sea cual fuere el propósito por el que algunas personas se retrasan en llevar a cabo este procedimiento, tanto Alberto como Bernardo coinciden en que es una acción que se debe realizar necesariamente, tanto para el beneficio del propietario del vehículo, como de la ciudadanía en general.
Al verificar un automóvil, nos aseguramos de mantener su buen funcionamiento, además de cuidar el medio ambiente y nuestro aire, que dicho sea de paso, en Salamanca se ha visto afectado y por ende nos encontramos en precontingencia, si bien son otros los factores que afectan mayormente la calidad del aire salmantino, lo cierto es que cumpliendo con la verificación, estamos contribuyendo al cuidado de nuestro aire, nuestro medio ambiente y por supuesto nuestra ciudad.