El fin de semana fue aprobada la Ley que prohíbe las terapias de conversión en México, hecho que fue reconocido por El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), pues consideran que esto contribuirá a garantizar la salud pública.
La ley, que entraría en vigor hace unos días, fue aprobada por el Senado y la Cámara de Diputados y sentencia con penas que van de dos a seis años de prisión para aquellas personas que pongan en práctica dichas terapias de conversión.
Esta práctica, promete falsamente hacer que las personas cambien su orientación sexual o identidad de género.
Cabe destacar que en caso de que la persona infractora tenga una relación con la víctima, ya sea laboral, docente, doméstica, médica o cualquier otra que implique una subordinación del afectado, o se valga de la función pública para cometer el delito, el responsable será destituido de su cargo e inhabilitado por el mismo tiempo de la pena impuesta.
La prohibición de las terapias de conversión, aseguran, ha marcado un avance legal significativo en México para la diversidad sexual.
Según datos compartidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, de manera oficial 5 millones de personas se declaran parte de la comunidad LGBTIQ+.