En Salamanca y otros municipios de la Jurisdicción Sanitaria V, la diabetes mellitus afecta a más mujeres que hombres, según datos recientes del Sector Salud. La diabetes, una enfermedad crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en la sangre debido a la deficiencia o ineficacia de la insulina, es una de las principales problemáticas de salud pública en la región.
De acuerdo con estadísticas de la Jurisdicción Sanitaria V —que abarca Salamanca, Jaral del Progreso, Moroleón, Uriangato, Valle de Santiago y Yuriria—, actualmente hay 16,294 personas en tratamiento por diabetes. De este total, 11,310 son mujeres y 4,984 son hombres. Las mujeres afectadas suelen tener entre 55 y 59 años, mientras que los hombres afectados en su mayoría tienen entre 60 y 64 años.
El doctor Jorge Núñez, coordinador de servicios de salud en la región, destacó la gravedad de la situación: “En México, aproximadamente el 14% de la población padece diabetes. Esto significa que, en una reunión de diez personas, al menos una puede ser diabética”.
Además de la diabetes, un 62% de los pacientes en la Jurisdicción Sanitaria V también padece síndrome metabólico, una condición que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, obesidad, altos niveles de triglicéridos y bajos niveles de colesterol “bueno”.
“La diabetes se presenta cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o esta no funciona adecuadamente para regular la glucosa en la sangre. Si no se controla, el exceso de glucosa causa daños celulares y puede llevar a complicaciones graves, como pérdida de visión, enfermedades cardíacas, problemas renales y el conocido pie diabético”, explicó Núñez.
Hasta el 15 de octubre de 2024, en la Jurisdicción Sanitaria V se han registrado 766 muertes por complicaciones relacionadas con la diabetes. Las autoridades de salud instan a la población a prevenir y controlar esta enfermedad mediante tratamientos médicos adecuados, ejercicio y una dieta balanceada. La prevención y el manejo adecuado de la diabetes son esenciales para evitar consecuencias graves, como daños en el corazón, en los nervios, en los riñones, problemas de visión y, en casos extremos, la muerte.