En Guanajuato, entre el 20 y el 30 por ciento de las niñas, niños y adolescentes enfrentan un problema que va en aumento: el sobrepeso y la obesidad. Así lo dio a conocer la Secretaría de Salud estatal, que alertó sobre la creciente incidencia de este padecimiento, especialmente en los municipios del Corredor Industrial, donde la vida urbana y el acceso a alimentos ultraprocesados son factores determinantes.
El titular de la dependencia, Gabriel Cortés Alcalá, explicó que la obesidad infantil suele manifestarse con mayor fuerza a partir de la edad escolar, cuando los menores comienzan a adoptar hábitos alimenticios menos saludables y reducen su actividad física. Aunque el problema se presenta en todo el estado, las zonas urbanas registran los niveles más altos.
Los datos más recientes de la Secretaría de Salud reflejan la gravedad del panorama:
– En preescolares, el 8.1% presenta sobrepeso u obesidad.
– En escolares, la cifra aumenta a 33.1%.
– En adolescentes, más de una tercera parte (35.9%) vive con exceso de peso.
– Entre adultos, el 75.5% tiene sobrepeso u obesidad combinados.
Frente a esta realidad, el funcionario destacó la importancia de programas como la Superliga de la Salud, iniciativa que busca fomentar mejores hábitos alimenticios y promover la actividad física en niñas, niños y jóvenes. Esta estrategia también involucra a maestros y familias, con el objetivo de que la educación sobre nutrición y bienestar trascienda el aula y llegue hasta los hogares.
De acuerdo con la dependencia, la clave está en la participación de todos los entornos que influyen en la niñez. Los maestros son capacitados para impulsar estilos de vida saludables desde las escuelas, mientras que a los padres se les invita a reforzar esos mismos valores en casa.
Aunque los casos graves de obesidad infantil con consecuencias inmediatas son poco frecuentes en Guanajuato, las autoridades sanitarias advierten que las repercusiones suelen aparecer con el paso del tiempo, derivando en enfermedades como diabetes, hipertensión o problemas cardíacos en la edad adulta.
El llamado, concluyó Cortés Alcalá, es claro: combatir la obesidad infantil no solo es tarea de las instituciones, sino un compromiso colectivo entre escuelas, familias y comunidad.



































