- Salmantinos celebran el Día de Todos Santos visitando las tumbas de los pequeños difuntos
Globos, juguetes y hasta golosinas, fueron algunas de las ofrendas que este Día de Todos Santos prepararon los salmantinos para recordar a sus “Angelitos”, una festividad plagada de recuerdos de una partida que sólo la esperanza de que desde algún lugar del cielo sus pequeños los cuidan y esperan, mientras juegan cerca de Dios.
Ésta fue una de las más motivante y esperanzadora respuesta de una de las muchas abuelitas que doblando el dolor que aún causa la partida del pequeño ser que era esperado con ansia, pero que Dios decidió llevarlo a su Reino para que “desde allá los cuide, mientras nos espera en el cielo”.
Expresiones llenas de amor y de añoranza que al igual que ella invadió en esta festividad de Todos Santos a los cientos de personas que desde muy temprano se dieron cita en los panteones municipales tanto de La Cruz como Las Flores, como en todos los demás acudieron para recordar y acompañar en este día a sus malogrados pequeñitos, niños y jóvenes de todas las edades, algunos por enfermedad y otros por desafortunados accidentes que perdieron la vida.
El doloroso recuerdo que no se olvida y que, en esta ocasión, fue propicia para volver a estar junto a sus restos, preparando para ello un sinfín de infantiles detalles para que donde estén puedan jugar, alegrarse y degustar como lo hubieran hecho en su truncada infancia.
Aunque las muestras de amor que en todo momento se demostraron, a través de oraciones y un sinfín de detalles, algunos admirables y enternecedores, otros humildes, pero no menos especiales y con hermoso mensaje de añoranza, como lo comentó un par de abuelitas abordadas cuando con mucha ternura colocaban un hermoso ramo de flores, como un encargo de su hija que le era imposible regresar de otra ciudad en la que se encuentra, comentaron.
Sin embargo como en todo también fue triste ver algunas tumbas que muestran los estragos del desinterés y el olvido, donde sólo queda pensar que los familiares de esos pequeños cuerpos no están en la ciudad y por alguna razón no es imposible estar en esta festividad, las dos abuelitas que pidieron reservarse su nombre en forma solidaria, hicieron la invitación para que ellas junto con toda la gente, hicieran el esfuerzo de que ninguna pequeña tumba se quedara por lo menos sin una flor, un gesto admirable y digno de poner en práctica.