* Entre música y embellecimiento de criptas, familias se alistaron para recordar y orar por seres queridos, al comenzar la festividad del 2 de noviembre.
Como una continuidad de las fiestas que comenzaron con la celebración a los angelitos, desde muy temprana las familias salmantinas prepararon con un fervoroso esfuerzo, no repararon en tiempo, esfuerzo y dinero para ofrecer una digna y emotiva convivencia en la festividad del 2 de noviembre Día de los Fieles Difuntos.
Mientras se escuchaban las notas de bandas y grupos musicales, la preparación para la festividad inició muy temprano, cuando cientos de personas empezaron a arribar a los cementerios de la comunidad de Valtierrilla como el Panteón La Cruz, para limpiar, arreglar y adornar las tumbas y altares, que con mucho esmero y cariño elaboraron, para recordar los hábitos y gustos de sus difuntos.
En el caso del panteón La Cruz, muchas personas mantuvieron viva la costumbre de esperar la llegada de sus difuntos, en la tradicional velada cada vez más arraigada y participativa.
Para el amanecer de este 2 de noviembre, el panteón no había cerrado sus puertas y desde temprano las personas empezaron a arribar para limpiar, pintar, reparar y embellecer las criptas de sus muertos; en sus casas la gente recuerdo a sus seres queridos elaborando altares y en muchos casos colocar la foto del difunto, adornando además con platillos y todo tipo de objetos que eran del agrado o acostumbraba el ser querido fallecido.
Entre los visitantes la familia Flores mientras adornaban bellamente la tumba con una combinación de ornamentos purépechas como la elaboración de tapetes de aserrín, combinados con el arte salmantino a través de velas de cera escamada de sus dos hijos, una pequeñita y en especial de su hijo mayor Roberto Carlos, a quien su padre Tomás describió como una persona muy alegre y amante de la música, por lo que de ésta manera es como siempre lo recordaban y no solo este día, sino a lo largo del año, mantenían viva su presencia.
Durante la festividad las oraciones para el descanso y la salvación de sus almas, fueron parte del ritual ofrecido a los difuntos, por lo que durante todo el día en los diferentes panteones se ofrecieron misas en su honor.
El desarrollo de todas las actividades fue tranquilo y sin incidentes mayores, a pasar del ingreso de miles de personas que después del mediodía, hicieron imposible el acceso, por la gran cantidad de personas que por la tarde de este 2 de noviembre se congregaron para visitar y orar ante su última morada por sus difuntos.
Fue así como entre oraciones, recuerdos y la esperanza de volverse a ver algún día, el Día de los Fieles Difuntos volvió a ser para la población salmantina una fecha especial, llena de añoranza, cumpliéndose por un año más una de las más tradiciones más antiguas y queridas por los salmantinos.