Parecieran dos eventos lejanos e inconexos, pero son parte de una misma historia, el 16 de septiembre de 1810 el cura de la iglesia de Dolores llama al pueblo a la insurrección contra el gobierno opresor y el pasado 4 de noviembre del 2016, otro cura, ahora en la iglesia de San Cayetano del vecino municipio de San Luis de la Paz, ambos del estado de Guanajuato, convoca al pueblo afectado gravemente en su salud ante la sordera e insensibilidad del gobierno a organizarse para defender sus recursos naturales y su derecho a la vida.
El cura Miguel Hidalgo dirige su llamado al pueblo en los términos siguientes1: “Mis amigos y compatriotas: no existe para nosotros ni el rey ni sus tributos. Esta gabela vergonzosa que sólo conviene a los esclavos, la hemos sobrellevado hace tres siglos como signo de tiranía y servidumbre; terrible mancha que sabremos lavar con nuestros esfuerzos…os invito a cumplir con este deber, de suerte que sin patria ni libertad estaremos a mucha distancia de la verdadera felicidad”.
Dice la nota del periódico Zona Franca subtitulado: Frente común contra el “extractivismo”, que el padre Juan Carlos Zesati y organizaciones por la defensa del agua en San Luis de la Paz, en presencia del obispo de Celaya Benjamín Castillo, se han reunido:
“son las doce del día. El templo de la comunidad de San Cayetano se encuentra repleto, decenas de mujeres sobre todo, llenan a lo ancho y largo el espacio del recinto religioso, no es una misa lo que se celebra, no es un retiro espiritual, no, es un encuentro de personas que se han unido para defender el agua, para defender su tierra.
“…La reunión ha sido convocada por un sacerdote que a diferencia de muchos otros, sí tiene un alto sentido comunitario y desde su llegada a este lugar ha tratado de involucrar a sus feligreses para que trabajen por el bienestar común y a cuidar, defender y preservar el medio ambiente que los rodea…”
“… A su llamado han respondido organizaciones civiles, ciudadanos, periodistas de la región, todos enfocados a la defensa del agua y a la conservación de la tierra, en su lucha del día a día contra el “extractivismo”, es decir, contra todas las empresas que solamente se dedican a explotar los recursos naturales, sin ningún proyecto sustentable que equilibre la explotación que están llevando a cabo…”
“El sacerdote Juan Carlos Zesati es el organizador y anfitrión de la reunión a la que asistieron representantes de organizaciones de San José Iturbide, San Luis de la Paz, Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende y San Diego de la Unión, todos municipios con ciudadanos preocupados por la sobreexplotación de la tierra y la contaminación del agua.”
El padre Zesati logró incluso en esta ocasión que su mismo superior, el obispo de Celaya, Benjamín Castillo, fuera el que encabezara la reunión”.
ANALOGIAS Y DIFERENCIAS DE LAS LUCHAS DEL PUEBLO
Lo que es común de ambos momentos y que de hecho los une, es que son parte de la eterna lucha que el pueblo mexicano viene realizando en la búsqueda de su felicidad y emancipación plena, lograda parcialmente en la lucha de independencia en el terreno político como nación libre pero con una soberanía todavía acotada por una cruel e injusta dependencia económica impuesta con la anuencia y colaboración de la oligarquía nacional, por los representantes del gran capital monopólico, tecnológico y financiero trasnacional y globalizado, el imperialismo o gran capital trasnacional.
Que es lo nuevo: a lo largo de estos dos últimos siglos del proceso de gestación del imperialismo, en su desbocada carrera por la acumulación de riqueza y centralización del poder, ha logrado la concentración de esa riqueza en muy pocas manos y sumido a la mayor parte de la humanidad en la ignorancia, la insalubridad y la pobreza, imponiendo gobiernos corruptos en los pueblos explotados, si es necesario imponiendo guerras de dominio para sobreexplotar los recursos naturales de esos pueblos y depredando la naturaleza y la ecología al grado de poner en riesgo la misma sobrevivencia humana.
En los últimos 35 años, ante la decreciente tasa de ganancia de su capital, impuso la política neoliberal o neoliberalismo, acentuando aún más la sobreexplotación de los pueblos, aún de las mismas naciones de primer mundo, ampliando la diferencia entre países ricos y países pobres y revirtiendo conquistas de los sectores organizados en materia laboral, educación, salud y cultura e imponiendo tecnologías depredadoras como el extractivismo de los recursos naturales de los pueblos del tercer mundo, como contrapartida se vive un momento insurreccional democrático de los pueblos del mundo.
Respecto al interés mostrado por las autoridades gubernamentales para atender este problema, el padre Zesati dijo: “las autoridades gubernamentales les brindan poco interés, más bien
les interesa que cada día más compañías se instalen en la región, lo que conlleva a explotar más la tierra”.
Por ello, invitó a las diferentes organizaciones a seguir trabajando como lo han venido haciendo desde hace años, porque de no hacerlo “vamos a seguir acabándonos la tierra y por supuesto el agua… urge que estemos unidos y trabajemos ese campo para cuidar la vida… hacer una evangelización que conlleve a la responsabilidad, de cuidar los bienes de la tierra”.
Notas:
1.- Pensamiento Político de Miguel Hidalgo, Asociación Cultural del Bajío A.C., N° 4 Mayo-Junio 1987, pg. 4.
2.- Consultar también el artículo de Biósfera titulado El despertar de la sociedad civil guanajuatense. Liga: https://salmantino.mx/2016/09/18/b-i-o-s-f-e-r-a-kuxtal-yolistli-45/