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EL SINDICATO PETROLERO, UN EMPORIO EN EXTINCIÓN

“La Quina”, en los días de esplendor de PEMEX concentró un poder sin límites y una enorme fortuna en el Sindicato

quinazo

Del imperio sindical construido por ‘La Quina’, cacique sindical del corporativismo priista del siglo pasado, ya nada queda.

De ser un sindicato poderoso e influyente bajo el cacicazgo de Joaquín Hernández Galicia, el gremio petrolero ahora es una organización sin fuerza, débil, a la deriva, en virtual proceso de liquidación laboral con la conducción del millonario senador Carlos Romero Deschamps.

De las múltiples propiedades del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) poco, casi nada queda: el edificio sede y una simbólica funeraria.

Algunas propiedades, entre ellas ranchos, terrenos y maquinaria, se vendieron. Muchas desaparecieron. La mayoría fueron robadas. Los obreros no recibieron ni un peso.

Ciudad Madero, sede del imperio sindical quinista, ya no es el mismo. Su vida económica cambió, se adaptó a la transformación económica del país, del consumo interno a la globalización.

Donde antes había propiedades del sindicato petrolero, ahora existen tiendas de autoservicio de cadenas comerciales nacionales e internacionales.

Los ejemplos están a la vista de todos los maderenses: Donde antes se encontraba la Unidad Deportiva de la Sección Uno, que contaba con canchas deportivas y hasta alberca, ahora opera una sucursal de HEB. Donde estaba Proconsa, una comercializadora de materiales del sindicato petrolero, hoy está una tienda de Soriana.

Y donde se ubicaba la denominada Sociedad Civil (área encargada de la reparación de maquinaria de la organización sindical con la operación de talleres de hojalatería y fabricación de tornos), recién se estrenó otro moderno y funcional Wal Mart. La globalización se impuso.

La fuerza laboral de la Sección Uno del STPRM también se vino abajo en el proceso de reconversión de la industria petrolera: De los 15 mil trabajadores que laboraban o se encontraban comisionados en la época del cacicazgo quinista, sólo quedó la mitad, es decir, alrededor de 7 mil empleados a principios de la actual década.

Sin embargo, tras los últimos reajustes basados en las jubilaciones adelantadas, la fuerza laboral se redujo a 6 mil trabajadores.

Con el anuncio del presidente Enrique Peña Nieto de que se acabó la gallina de los huevos de oro, es decir, se acabó Pemex, se esperan más reajustes en la operación de las distintas instalaciones de la empresa paraestatal.

Al igual que del sindicato petrolero, del Pemex de los tiempos de la administración de la abundancia casi nada queda.

Fuerza política sindical devaluada
El STPRM no sólo perdió fuerza económica y laboral, sino también su poderío político se desplomó a partir de la aprehensión de Joaquín Hernández Galicia el 10 de enero de 1989, en pleno arranque del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

En los tiempos de su poderoso e influyente cacicazgo sindical, ‘La Quina’ imponía alcaldes, diputados locales y federales, así como senadores, en las plazas y regiones petroleras. Suyo era el poder político.

Hoy en día, Carlos Romero Deschamps, pese a todo su poder y riqueza personal, si acaso puede obtener las candidaturas a las presidencias municipales de tres o cuatro municipios, entre ellos, en ocasiones, Ciudad Madero. El poder político del sindicato petrolero se vino abajo.

Reflejo de esa pérdida de influencia política y social es la derrota que sufrió en las urnas Humberto Oliva, secretario general de la Sección Uno, como candidato del PRI a la alcaldía de Ciudad Madero en junio del año pasado. Su caída fue dolorosa para el grupo que detenta el control de la actual dirigencia sindical petrolera a nivel local y nacional.

Para Luis Esteban Ramírez Ruiz, dirigente del Frente Unido Revolucionario 12 de Agosto(fecha de nacimiento de Joaquín Hernández Galicia), el poder político de Carlos Romero Deschamps llegó a su fin.

‘El PRI sale de Los Pinos en 2018’, afirma Ramírez Ruiz. Y asegura: ‘Y con el PRI se va Romero Deschamps. Su poder ya se acabó, ya va de salida’.

En entrevista, el trabajador petrolero, jubilado hace un año, añade: ‘El poder político de Esdras Romero también está disminuido’.

‘Antes teníamos tiendas, teníamos propiedades, antes teníamos, sobre todo, rumbo. Ahora no tenemos rumbo’, dice quien simpatizó con el proyecto de la candidatura independiente a la alcaldía maderense de Jesús Olvera Méndez, que finalmente respaldó el proyecto de los vientos de cambio y la llegada del PAN al gobierno del estado y a la presidencia municipal de la urbe petrolera.

‘Nos sumamos a la mejor opción, a la mejor alternativa, a los vientos del cambio, y se ganó’, señala el trabajador jubilado, siempre crítico de la forma en cómo se ha manejado el sindicato petrolero desde la llegada de Carlos Romero Deschamps a la dirigencia nacional.

Sobre la pérdida de las propiedades, puestas a la venta -sin conocerse las cantidades de dinero en que se comercializaron-, el dirigente del FUR 12 de Agosto explica: ‘Ahorita Wal Mart se construyó donde estaba Sociedad Civil. Donde estaba la Pirámide de la Ampliación, esa la tiene Jaime Turrubiates, es una
plaza comercial. La Unidad Deportiva ahora es HEB’.

‘Nunca nos han informado nada sobre las finanzas. No hay asambleas informativas. Cuando hacen asambleas extraordinarias nomás se aborda un punto y se acaba la asamblea, no se informa del estado financiero’, comenta.

Ramírez Ruiz también participó en el intento de construcción de un nuevo sindicato al interior de Petróleos Mexicanos. Esa organización se denominaba Sindicato Nacional de Empresas Productivas del Estado (SNTEPE). Sin embargo, acusa, fue frenado por el senador Carlos Romero Deschamps.

‘Fuimos violentados en nuestros derechos. A algunos los amenazaron, a otros nos jubilaron’, menciona. No obstante, dice, ‘la lucha continua’. ‘Vamos a seguirle’, asegura.

En una carta abierta, fechada en diciembre de 2008 y dirigida a los responsables del sindicato petrolero, Luis Esteban Ramírez Ruiz, adelantándose a lo que iba a suceder a nivel productivo y financiero en Pemex, escribió:

‘La riqueza petrolera ha sostenido las finanzas públicas en estos últimos años, pero la producción petrolera está en declive. Pemex Petroquímica agoniza y los costos y la complejidad de extraer crudo están al alza. Como organización estamos obligados a enfrentar estos hechos con las mejores decisiones posibles’.

Esas decisiones no se tomaron, indica el simpatizante del quinismo. Ramírez Ruiz expresa: ‘Ahora el sindicato ya ni defiende a los trabajadores, tampoco queda nada de la defensa de los trabajadores’.

Remata: ‘Joaquín sí nos defendía. Nos daba todo el apoyo’.

‘La Quina’, un líder charro
Abogado laborista y especialista en el tema del movimiento obrero en el sur de Tamaulipas y en el país, Manuel Azúa Camacho considera que Joaquín Hernández Galicia no era más que otro ‘líder charro’ del viejo sistema político priista del siglo pasado.

En su opinión, ‘La Quina’ fue creado, ‘apapachado’ y aplastado, en su momento, por el régimen priista. ‘Fue una creación del modelo corporativo’, explica. ‘Yo nunca estuve de acuerdo con su liderazgo’, afirma.

No obstante, reconoce que el ya fallecido ex dirigente sindical petrolero era muy querido por la gente, en particular, por los ciudadanos de Madero.

Incluso, lo califica como uno de los personajes más poderosos, influyentes y relevantes del siglo pasado en el sur de Tamaulipas, sólo por debajo del ex
presidente de México, Emilio Portes Gil.

Al ser cuestionado sobre las diferencias entre Joaquín Hernández Galicia y Carlos Romero Deschamps, el abogado sonríe y de inmediato responde:

‘Las diferencias son muchísimas, obviamente, porque al menos, formalmente, ‘La Quina’ se manejaba como un dirigente que hablaba de salarios, que hablaba de economía, es decir, le preocupaba, en cierta manera, que la riqueza regresara a los trabajadores o que se repartiera’

‘En el caso de Romero Deschamps no hay ese interés, su objetivo es cumplir una función que el gobierno diga y hasta que él diga. Es decir, no está porque quiera defender a los trabajadores, su puesto de senador pues a todo dar, claro, ha sido un político y ha aprendido, es político y ya le gustó y ha desempeñado un trabajo que ha beneficiado a un grupo que está en el poder, ya sea PRI, ya sea PAN’, explica Manuel Azúa Camacho.

‘Ellos no tienen puntos en común. Ninguno. ‘La Quina’ era un dirigente muy popular y Romero Deschamps nunca ha sido popular, está muy apartado, muy alejado en su dirigencia. Ni siquiera se le puede llamar dirigente, en el término en que concebimos una dirigencia o liderazgo, más bien es parte de una burocracia’, comenta el especialista en el movimiento obrero mexicano.

‘Romero Deschamps está en un puesto en que no te elige nadie, no te eligen los trabajadores, ni siquiera en la formalidad, no se cumplen las formas, no, se hace de una manera vertical, en otros sindicatos por lo menos cubren las formas, por ejemplo los telefonistas, los mineros, hacen congreso, realizan asambleas o foros, pero aquí ninguna Sección funciona’, precisa.

Añade: ‘Aquí para lo que sirve la Sección es para vender la plaza, vender la ficha, solamente para eso, esa es la ganancia. Y ya ni fichas hay’.

El ex perredista menciona que las condiciones sociales, políticas y económicas del país también han cambiado. Hoy Pemex es una paraestatal entregada a las empresas extranjeras en un contexto político y económico internacional donde los trabajadores lo han perdido casi todo.

‘La Quina’ en prisión, un juego de intrigas

Últimos meses del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, antes del ‘error de diciembre’ de 1994: Joaquín Hernández Galicia se encontraba preso en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de Últimos meses del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, antes del ‘error de diciembre’ de 1994: Joaquín Hernández Galicia se encontraba preso en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.

El primer mandatario, el Jefe Máximo, el hombre que ejercía la Presidencia Imperial estaba a punto de dejar el poder. Tras el levantamiento zapatista y los asesinatos políticos (Colosio y Ruiz Massieu) que sacudieron el sistema, la debilidad política salinista era notoria.

Ese era el contexto político en que el Ayuntamiento de Madero, encabezado por el alcalde Alfredo Pliego Aldana, quien llegó al poder en una alianza electoral PAN-PRD (coalición entonces inédita), envió una carta al primer mandatario y a la Secretaría de Gobernación para solicitar la liberación del ex dirigente sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia.

La carta fue aprobada por unanimidad por el Cabildo de Ciudad Madero en sesión ordinaria y fue firmada por el presidente municipal, los síndicos y los regidores. El autor de la misiva era el regidor perredista Manuel Azúa Camacho.

Además, solicitaban la liberación de Salvador Barragán Camacho, ‘El Campeón de la Lealtad’, quien también se encontraba en la cárcel tras ser detenido el 10 de enero de 1989 en el Distrito Federal.

Ese capítulo de la historia después de ‘El Quinazo’ es relatada, en entrevista, por Manuel Azúa Camacho, abogado laboral que dejó la actividad política hace algunos años y de paso renunció al PRD.

Pero la historia de la carta firmada por todos los integrantes del Cabildo maderense va más allá: En realidad se trataba de una jugada de varias bandas con el apoyo de la Secretaría de Gobernación.

Jorge Carpizo McGregor era el titular de la oficina de Bucareli. Un amigo personal de ‘La Quina’ le solicitó atender las peticiones del ex líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), quien, repetía una y otra vez, se encontraba enfermo.

El ex Comisionado Nacional de los Derechos Humanos atendió la solicitud bajo la siguiente estrategia: que la petición se triangulara con el Ayuntamiento de Ciudad Madero a través de una carta que recogía el sentir de los ciudadanos.

Así se hizo: El redactor de la misiva fue el entonces regidor del PRD, Manuel Azúa Camacho. Al quedar lista la carta, fue analizada y aprobada de manera unánime por el Cabildo de la urbe petrolera.

El siguiente paso fue entregar la carta de manera directa en la Secretaría de Gobernación. A las legendarias oficinas de Bucareli fueron el alcalde Alfredo Pliego Aldana y el regidor Manuel Azúa Camacho. No fueron recibidos por Jorge Carpizo, pero sí por la subsecretaria de Gobernación, Socorro Díaz Palacios.

Hubo algo más: Tras cumplirse el protocolo oficial de la entrega de la misiva, desde su despacho la subsecretaria de Gobernación se comunicó con el director del Reclusorio Oriente y le pidió que recibiera al presidente municipal y al regidor maderenses.

Pliego Aldana y Azúa Camacho, acompañados del hermano del cantante Enrique Guzmán, llegaron en taxi a la prisión. En tono dicharachero, el director del reclusorio les dijo: ‘Bienvenidos a su casa’. El alcalde y el regidor, en plan bromista, le dieron las gracias, pero le dijeron que no aceptaban el ofrecimiento.

La presencia del hermano del cantante Enrique Guzmán era significativa: arquitecto de profesión, tenía especial amistad con un trato de muchos años con Joaquín Hernández Galicia, que recibió a sus tres visitantes en el área de enfermería de la prisión.

Algo más de sumo interés se registró esa tarde: Salvador Barragán Camacho, que se encontraba en otra área del reclusorio, llegó al lugar para platicar con el alcalde y el regidor de Ciudad Madero y agradecerles la carta aprobada por el Cabildo y entregada en la Secretaría de Gobernación donde se pedía la liberación de los líderes sindicales presos en un operativo policíaco militar.

Aunque la amistad entre Joaquín Hernández Galicia y Salvador Barragán Camacho ya se había roto, ese día se saludaron.

El enojo de Cavazos Lerma
Cuando el Cabildo de Madero aprobó por unanimidad la carta para pedir la liberación de Joaquín Hernández Galicia, un hombre se enojó mucho en Ciudad Victoria: Manuel Cavazos Lerma, entonces gobernador de Tamaulipas.

Y las rabietas del hombre del sombrero y del poder esotérico de las pirámides no eran cualquier cosa. Sus gritos se escuchaban más allá de su oficina.

Azúa Camacho recuerda: ‘Cavazos se enfadó mucho. Me mandó llamar porque sabía que yo había elaborado la carta y me citó a una reunión en Palacio de Gobierno’.

‘Yo le dije que era una decisión del Cabildo, que recogíamos las voces de los maderenses y si representamos a los ciudadanos, pues eran los maderenses los que solicitaban la liberación de los líderes petroleros’, relata el ex regidor del partido del sol azteca.

‘Se notaba en su rostro, él cuando se enoja, pues manotea y habla fuerte, aunque conmigo guardaba cierto respeto, quizás porque no era de su partido’, dice Azúa Camacho.

Incluso, posteriormente, Manuel Cavazos Lerma le reclamó a la subsecretaria de Gobernación, Socorro Díaz, porque no le había comentado del acuerdo que tenían con el Cabildo de Madero para solicitar, con una carta, la liberación de ‘La Quina’.

Con información de Expreso.press

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Un comentario
  • Rogelio deschamps carvajal
    20 enero 2017 at 5:31 PM
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    ¿vientos de cambio con el pan? ¡no mamen, esos perros panistas salieron mas ratas que lo priistas!

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